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Guía para bañarse con seguridad en Salinas: el peligro es la resaca

El jefe de salvamento de Castrillón, Ignacio Flórez, da pautas para identificar las zonas de riesgo: "Las corrientes se forman entre las dos líneas de rotura de olas y son muy fuertes"

La playa de Salinas

La playa de Salinas ya ha dado dos sustos este verano en forma de bañistas en riesgo de ahogamiento que hubieron de ser rescatados: tres niñas madrileñas a las que sacaron del agua unos surfistas (el horario de salvamento había acabado cuando se produjo la emergencia) y un hombre que esta misma semana fue visto desmayado boca abajo fuera de la zona autorizada de baños. Estos casos, que se suman a decenas más producidos en años pasados, son la evidencia de algo que los buenos conocedores del arenal de Salinas no se cansan de repetir: se trata de una playa peligrosa y deben extremarse las cautelas para bañarse.

Guía para bañarse con seguridad en Salinas: el peligro es la resaca

La peligrosidad de Salinas, según el coordinador de salvamento de Castrillón, Ignacio Flórez, está relacionada con la acción de corrientes, fundamentalmente de retorno, las conocidas popularmente como "resaca". Esas fuerzas que se generan al retornar el agua traída por las olas al mar existen en todas las playas, lo que ocurre es que en algunas se manifiestan de forma más acusada que en otras. Y en Salinas cada vez son más notables, según los expertos en dinámica marina por causa de la pérdida de arena.

Flórez explica que en paralelo a la línea de playa, unos cien metros más allá de la zona de la orilla donde rompen las olas en bajamar, existe una barrera de arena bajo el agua que causa una primera rotura de las olas; esa línea exterior de rotura de ola es perceptible desde la playa por el cordón de espuma que se produce; en su camino a la orilla las olas se vuelven a ondular y, finalmente, mueren contra la arena seca. "Entre medias de ambas líneas queda una franja de agua muy inestable, con pozos y zonas donde el agua cubre (perceptibles desde tierra por su mayor oscuridad). No es aconsejable bañarse ahí", advierte Flórez.

Tampoco es recomendable –todo lo contrario– bañarse en los canales de las corrientes de retorno, zonas en las que la fuerza del agua arrastra inevitablemente hacia el mar hasta a los nadadores más expertos. Son distinguibles porque el agua jala hacia el mar haciendo "efecto tubo" y en el área de afección no se forma espuma.

Flórez aconseja, antes de bañarse, observar el color de la bandera (roja indica prohibición total de baño) y mirar durante unos minutos si las olas rompen de forma continuada cerca de la orilla; en caso de que no lo hagan, es muy probable que en esa zona haya corriente de resaca. Ya dentro del agua, "tomar una referencia visual en tierra y procurar no moverse a izquierda o derecha para evitar salirse de las zonas seguras". Y siempre, "bañarse solo en las zonas autorizadas, salir del agua en caso de tener malas sensaciones y mantener la calma en caso de verse en apuros a la vez que se hacen señales se socorro, nunca nadar contra el sentido de la corriente porque eso solo conduce al agotamiento y la desesperación".

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