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El Principado ya ha contratado el cambio de las bombas de la depuradora de Maqua

La Viceconsejera de Medio Ambiente asegura que la planta hace el trabajo para el que fue diseñada pese a los problemas que acumula

La depuradora de Maqua. MARA VILLAMUZA

A tenor de la emergencia, la respuesta. La viceconsejera de Medio Ambiente y Cambio Climático del Principado, Nieves Roqueñí, compareció el pasado 11 de julio en la depuradora avilesina (EDAR) de Maqua y anunció la necesidad de sustituir urgentemente cinco de las seis bombas que la hacen funcionar en previsión de averías fatales y ayer, apenas un mes más tarde, hizo saber que ya ha sido contratado el servicio de asistencia técnica para comprar e instalar esos equipos; de hecho, las piezas están encargadas a la casa que las fabrica y solo resta esperar el envío de las mismas.

"La previsión que tenemos es que las bombas lleguen antes de final de año: una vez aquí, el montaje será rápido", señaló un portavoz de la Viceconsejería, que es el organismo que pagará la factura del cambio de las bombas, estimada en un millón de euros. Roqueñí participó ayer en Avilés en el curso de verano de La Granda dedicado a la economía circular y fue en uno de sus descansos donde respondió a las preguntas de los medios de comunicación sobre el funcionamiento y las obras previstas en la EDAR de Maqua, la instalación encargada de tratar las aguas residuales e industriales de toda la comarca para su vertido controlado al mar.

Precisamente sobre esos vertidos, que se realizan frente a la playa de Xagó por medio de un emisario de 3,1 kilómetros de longitud, Roqueñí precisó que "todo está en orden, cumplen con los parámetros de calidad para los que fue diseñada originalmente la depuradora". Esta afirmación se ve refrendada, como informó este diario el pasado 24 de julio, por los informes favorables de calidad de las aguas de las playas de Xagó y Salinas realizados a instancias del Puerto de Avilés.

No obstante, la correcta depuración de los efluentes que llegan a Maqua no soslaya la preocupación por los problemas de todo orden que han condicionado el funcionamiento estos últimos años de la EDAR de Maqua. Unos problemas que, traducidos en averías y desperfectos de todo tipo, se han traducido hasta la fecha en el gasto por parte del Principado de 4,22 millones de euros –2,78 en el último lustro– a los que ahora habrá que sumar otro millón por la sustitución de las cinco bombas que están en la recta final de su vida útil y amenazan con tener fallos graves.

La EDAR de Maqua – y este es su principal problema en estos momentos– incumple la normativa comunitaria por el tratamiento de las aguas residuales, que presentan un nivel excesivo de salinidad desde que comenzó a funcionar, además de sufrir un problema endémico desde su construcción por las filtraciones de mar y una atmósfera industrial agresiva. Para solucionar estos fallos está prevista una inversión estatal de más de 32 millones de euros, si bien el proyecto se paró al advertir Costas en 2021 de que la instalación se ubica ilegalmente en un suelo de especial protección. Roqueñí admitió ayer que no hay novedades sobre el deseado desbloqueo de esta situación.

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