El juez decreta el ingreso en la cárcel del novio de la mujer hallada muerta en Avilés

El juez de guardia tiene la última palabra sobre el encarcelamiento del hombre, investigado por homicidio

Momento de la llegada de J. M. S. S. al Juzgado de Avilés, este sábado.| María Fuentes

Momento de la llegada de J. M. S. S. al Juzgado de Avilés, este sábado.| María Fuentes / MARIA FUENTES

M. Mancisidor / F. L. Jiménez

La Policía Nacional puso esta mañana a disposición judicial al hombre detenido el pasado jueves en La Carriona por su presunta implicación en la muerte de Soraya Suárez Marín, de 32 años. El detenido, investigado por un presunto delito de homicidio, fue asistido legalmente por el abogado penalista José Ramón Nistal Díaz. El propio letrado explicaba a la salida del juzgado que el día de los hechos la fallecida y el ahora investigado habían estado consumiendo "todo tipo de drogas". A pesar de todos sus argumentos no convencieron al juez que decretó su ingreso en prisión. Una medida restrictiva de libertad que había solicitado la Fiscalía.

Sobre las tres de la madrugada, en palabras del abogado, la mujer "quiso ir a buscar más droga y tuvieron una discusión". Fue entonces cuando "ella se provocó varias lesiones con cortes por todo el cuerpo". El letrado explicó que la mujer tenía problemas psiquiátricos. El hombre habría abandonado el domicilio tras la discusión. El letrado exigió tras la comparecencia que se impusieran medidas más laxas aunque no especificó cuáles. "El ahora acusado fue a pedir ayuda a un bar cercano al no tener noticias de ella. Forzó la puerta y vio que estaba muerta, intentó hacerle maniobras de reanimación pero no pudieron hacer nada por salvarla", relató el abogado. El hecho de que el forense detectara signos de violencia obligó al arresto del ahora procesado.

La Fiscalía había solicitado al juzgado la prisión alegando que existen suficientes indicios de la presunta comisión de un delito de homicidio del artículo 138.1 del Código Penal por parte del investigado, según el resultado de las diligencias practicadas hasta el momento y sin perjuicio de lo que resulte de las que se practiquen con posterioridad. El Ministerio Fiscal solicitó la medida para evitar un posible riesgo de fuga por parte del investigado, teniendo el cuenta la gravedad de los hechos y penas que, en su caso, llevarían aparejadas en caso de condena.

La investigación

Según ha trascendido hasta el momento por el relato de testigos, el ahora detenido pidió ayuda a unas vecinas para acceder a la vivienda que compartía con Soraya Suárez y la hija pequeña de ambos en la calle Murcia de La Carriona al estar la puerta bloqueada y no responder la mujer a sus llamadas. Al conseguir acceder al inmueble hallaron muerta a Soraya Suárez. La niña no se hallaba en casa porque ese día estaba en la de otros familiares.

El descubrimiento del cadáver dio paso a la movilización de la Policía Nacional, que inició una investigación en el curso de la cual fue detenido la pareja de Soraya Suárez, que lleva en el calabozo de la comisaría de Río San Martín desde el jueves. La mujer presentaba claras evidencias de haber recibido golpes y según ha podido saber este periódico de fuentes próximas a la investigación, "un alto contenido de drogas en el organismo".

La primera hipótesis de trabajo de los agentes policiales fue la del suicidio, si bien de inmediato se abrieron otras vías, como que el mismo pudiera haber sido inducido; un accidente con resultado fatal o el homicidio. Aunque la investigación no está cerrada y son muchas las conclusiones forenses y analíticas por establecer, la Delegación del Gobierno Contra la Violencia de Género dictaminó el viernes a mediodía que la muerte de Soraya Suárez es consecuencia de un "asesinato machista".

La declaración oficial de Soraya Suárez como "víctima de la violencia de género" activó el protocolo habitual en esto casos: se han declarado dos días de luto oficial en Avilés, se celebró (el viernes por la tarde) una concentración de repulsa de este "crimen" y todos los causados por violencia machista y se sucedieron las declaraciones políticas e institucionales de condena.

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