Fernández Artime lleva en su escudo de cardenal un tributo a su origen y su tierra

El purpurado luanquín, instituido por el Papa en el Vaticano junto a otros 20 sacerdotes, estuvo arropado por un grupo de vecinos de su pueblo

El Papa Francisco I y Ángel Fernández Artime, recién nombrado cardenal, durante el acto celebrado en la plaza de San Pedro del Vaticano. |

El Papa Francisco I y Ángel Fernández Artime, recién nombrado cardenal, durante el acto celebrado en la plaza de San Pedro del Vaticano. | / Agencias / E. F.-P.

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El asturiano Ángel Fernández Artime, nacido en Luanco hace 63 años y rector mayor de los salesianos, oficiará hoy su primera misa como cardenal, a las once de la mañana en la céntrica basílica romana del Sagrado Corazón, próxima a la estación de Termini. Fernández Artime fue instituido cardenal ayer por el Papa Francisco I, junto a otros 20 sacerdotes de todo el mundo, en una ceremonia multitudinaria, a la que asistieron decenas de miles de personas, sencilla y no muy larga, y celebrada en la plaza de San Pedro del Vaticano. Ángel Fernández Artime eligió para el que será su escudo cardenalicio un motivo que evoca sus orígenes luanquinos. Junto a los símbolos de María Auxiliadora y el Buen Pastor, que hacen referencia a la orden salesiana, ha colocado un ancla, que si bien es una alusión a la virtud de la esperanza, también es un homenaje a los pescadores de su pueblo. Bajo el escudo, en una lista de plata, está escrito su lema, en mayúsculas negras: "SUFFICIT TIBI GRATIA MEA", que se traduce como "te basta mi gracia".

El consistorio público en el que el Papa creo a los nuevos cardenales comenzó hacia las diez de la mañana y duró poco más de una hora. Francisco I pronunció la fórmula oficial de creación de los 21 nuevos cardenales, ante cada uno de ellos, arrodillados frente a él, y a todos les impuso el solideo y el birrete rojos y el anillo cardenalicio. También a Fernández Artime, al que además le asignó públicamente el diaconado salesiano de la iglesia de Santa María Auxiliadora de Via Tuscolana, en Roma.

Hasta el Vaticano se desplazaron, para acompañar a Fernández Artime en una ocasión tan solemne, algunos familiares –su hermana Rocío, con su esposo y su hija– y muchos amigos, entre ellos una veintena de vecinos de su pueblo natal. El más veterano fue un nonagenario, pescador en sus tiempos, como el padre del ahora cardenal y buen amigo suyo. También viajó hasta Italia el párroco de Luanco, José Antonio Alonso, y la periodista María Teresa Álvarez, natural de la vecina Candás, se unió al grupo.

La periodista candasina María Teresa Álvarez; el párroco de Luanco, José Antonio Alonso; el nuevo cardenal y la enfermera, también luanquina, Míriam Fernández, ayer, en el Vaticano. En el detalle el escudo cardenalicio de Fernández Artime.

La periodista candasina María Teresa Álvarez; el párroco de Luanco, José Antonio Alonso; el nuevo cardenal y la enfermera, también luanquina, Míriam Fernández, ayer, en el Vaticano. En el detalle el escudo cardenalicio de Fernández Artime. / Agencias / E. F.-P.

"Ángel está muy tranquilo, consciente de que es una nueva etapa en su vida y la asume con espíritu de servicio. Confía en el acompañamiento del Señor. Lo ha manifestado también en el lema que ha elegido, en el que expresa toda su confianza en la providencia", comentó Rocío Fernández Artime sobre su hermano, en unas declaraciones reproducidas en la web de la orden salesiana.

Entre los nuevos cardenales había otros dos españoles. Uno era el arzobispo de Madrid, José Cobo, y el otro el obispo de Ajaccio, en Córcega, Francisco Javier Bustillo, nacido en Navarra aunque vinculado a la Iglesia francesa. A ellos, como a los demás, Francisco I les exhortó a conservar el "estupor y la gratitud" por la acción del Espíritu Santo, que ha llegado a ellos a través de sus lenguas y sus pueblos. Les conminó a adoptar un estilo pastoral de proximidad y sencillez, recordándoles que "la fe se transmite en dialecto". "La diversidad es necesaria, es indispensable. Pero cada sonido debe contribuir al proyecto común. Y para ello es fundamental escucharse unos a otros", añadió, haciendo una analogía entre la Iglesia y una orquesta.

Fernández Artime fue ordenado sacerdote en 1987 y en 2014 fue elegido rector mayor de la congregación salesiana, cargo para el que fue renovado en 2020. Es el undécimo cardenal salesiano de la Iglesia Católica y el quinto actualmente con derecho a voto en un futuro cónclave.

Tras el acto en San Pedro, los nuevos cardenales se repartieron por las salas que se les había asignado en las dependencias del Palacio Apostólico Vaticano para que se reunieran con sus allegados y atendieran las visitas de cortesía. Fernández Artime pasó a saludar a sus hermanos, en la casa de los salesianos en Roma, y por la tarde, hacia las seis, acudió a la Embajada de España, donde la embajadora, Isabel Celáa, ofreció una recepción a los nuevos cardenales españoles. El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en calidad de responsable de las relaciones con la Iglesia católica, los acompañó durante la jornada.

Desde ayer, España cuenta con 14 purpurados y es el tercer país más representado en el colegio cardenalicio, tras Italia y Estados Unidos, que ha quedado constituido por 242 cardenales, de los cuales serían electores en un futuro cónclave los que no hayan cumplido 80 años en el momento en el que se convoque.

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