El cementerio de San Cristóbal, un "desastre", según los vecinos

El camposanto avilesino luce, en vísperas del día de Todos los Santos, una imagen en su parte sur que roza el abandono

Nichos del cementerio marcados con una «X» roja.

Nichos del cementerio marcados con una «X» roja. / Noé Menéndez

Noé Menéndez

Se acerca el día de Todos los Santos, jornada en la que los cementerios reciben una gran afluencia de público y donde deberían estar engalanados para la ocasión. No el caso del cementerio de San Cristóbal, que luce un estado "de vergüenza", a decir de las familias que habitualmente visitan el camposanto avilesino.

Nichos pintados, restos de lápidas tirados por el suelo, flores y cintas... Incluso restos humanos en bolsas de basura. Esto provoca la indignación de los vecinos, que ven que el espacio en el que descansan sus seres queridos se ha convertido en "un auténtico desastre".

No es un problema nuevo en el cementerio de San Cristóbal de Entreviñas, el más importante de Avilés. La instalación lleva años totalmente olvidada, lo que ha provocado que los nichos del lado sur lleven desde hace tiempo con problemas de estabilidad.

Restos humanos encontrados dentro del cementerio.

Restos humanos encontrados dentro del cementerio. / Noé Menéndez

Ahora lucen una "X" roja encima de los nombres de los difuntos. Además de eso, fácilmente se pueden encontrar bolsas de basura negras con restos humanos, otra prueba más del estado de abandono que vive la instalación desde hace años.

En el otro camposanto avilesino, el de La Carriona, que data de 1890, se estima que descansan alrededor de 85.000 personas, sin contar los restos de cadáveres que habitualmente van a parar al osario cuando es necesario habilitar nuevos espacios en los panteones.

Actualmente son miles los visitantes que se acercan al cementerio para contemplar el patrimonio artístico que posee, con obra de Cirpiano Folgueras o Manuel del Busto, pero al lado de todo ese trabajo hay zonas que presentan otro estado.

Los feligreses de San Cristóbal, por su lado, urgen una reforma que ponga fin a los problemas denunciados, que se alargan a lo largo del tiempo, y exigen que se actúe para que las visitas al camposanto no provoquen sustos innecesarios.

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