BALCÓN AL MUELLE

Memoria social y futuro industrial

El valor de los comunicadores en un momento de la historia de Avilés donde el ecosistema de centros de I+D ha empujado hacia un cambio de modelo productivo

Panorámica del PEPA

Panorámica del PEPA / M. Villamuza

C. Jiménez

Hay momentos importantes durante nuestra vida profesional que pueden llegar a marcar el devenir de los próximos años a nivel laboral. Las decisiones que podamos adoptar durante estos momentos suelen tomarse en contextos de cambios que conllevan niveles [de cambio] superiores a lo habitual. Podrían darse casos en las que se toman decisiones con precipitación y que, después, generan situaciones que se desarrollan de una manera diferente a la que esperábamos. No es esta una reflexión sobre arrepentimientos sino sobre la búsqueda de fórmulas para perfeccionar los métodos de investigación, de rastrear el presente indagando en el pasado para hallar los trazos del futuro que está por venir. Nadie duda de que Avilés y su comarca afrontan un momento de cambio espectacular y, al mismo tiempo, incierto por el resultado de lo que vendrá después. En ese contexto, la labor del periodista pasa por valorar la memoria social, reconocer las voces diversas y actúe en consecuencia, comprometido siempre con la verdad, emane de dónde emane.

Dice la profesora Vanina Papalini que la comunicación es "agua", porque aprovecha cualquier hendija para meterse. Desde esta perspectiva, la comunicación y, por ende, el periodismo, se convierte en un proceso social presente en todas las actividades de la vida cotidiana. Particularmente, creo en un comunicador social comprometido con su tiempo y su tarea (nuestra tarea) es fundamental en el propósito de ayudar a construir sociedades más justas, democráticas, soportadas en los principios del buen vivir, incluyentes y, sobre todo, respetuosas de los derechos humanos. Tener la capacidad de asombro siempre abierta y expectante es también una de las máximas del buen periodismo que se festejó esta semana en el día de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas.

Decía Gabriel García Márquez, que el periodismo es el mejor oficio del mundo. A la vez es también una herramienta clave para fomentar el debate y el intercambio de ideas en la sociedad. Porque el periodismo cumple un papel esencial en la creación de una opinión pública informada y crítica, lo que a su vez promueve el diálogo y la discusión sobre temas relevantes para la sociedad.

Entre los asuntos fundamentales para el futuro próximo de esta comarca ocupa un papel preponderante la industria. Tal como adelantó este diario, la siderurgia asturiana perdería 1,1 millones de toneladas de producción si ArcelorMittal redujese su plan de descarbonización solo a Gijón. Para mantener la capacidad productiva próxima a los cinco millones de toneladas sería necesario construir un horno eléctrico en la acería LD-III de Avilés, que a la postre se vería "relegada" del plan de descarbonización de la multinacional.

El adiós a las chimeneas de nuestro pasado industrial no debe equivocar el enfoque. Avilés es y será el pulmón industrial de Asturias y su ecosistema de I+D ya está cristalizando en un nuevo modelo industrial. Ajustarse a la meta de los grandes ejecutivos de ajustar costes y ampliar ingresos no debe ser la prioridad. La mejor noticia para este territorio sería poder comunicar que efectivamente se ha convertido en una verdadera microárea metropolitana con todos los sectores de futuro haciendo palanca.

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