Entrevista | José Lobato | Hostelero, propietario del bar Ébano y ganador del concurso de chigres antroxaos en 1998

"El Descenso de Galiana es lo más juerguista, bestia y sinvergüenza"

"La Comida en la Calle tiene mucho ambiente y ahora se lleva mucho, pero el Antroxu es lo primero que empecé a disfrutar"

José Lobato, junto al mono «Matías», sirviéndose una cerveza en la terraza de su bar. | |  RICARDO SOLÍS

José Lobato, junto al mono «Matías», sirviéndose una cerveza en la terraza de su bar. | | RICARDO SOLÍS / Christian García

Christian García

José Lobato, hostelero y propietario del bar Ébano de Versalles, lleva la fiesta encima con alma de rockero. "Hoy ya me han comparado con Rod Stewart y David Bowie", exclama mientras se sirve una cerveza frente a la terraza de su establecimiento, perfectamente decorado para el concurso de "chigres antroxaos" que ya ganó en 1998. Antes de la entrevista con LA NUEVA ESPAÑA, se muestra "confiado" para volver a hacerse con el primer premio.

–¿Boa o plumas?

–Pues no me llama ninguna. Si tuviese que decantarme por una, elegiría boa, pero prefiero ir como voy ahora, con peluca.

–¿Disfraz elaborado o trapos de andar por casa?

–Hoy toca elaborado. Pero siempre lo he hecho con lo que encontraba por casa. Ahora, como sale todo barato por internet, es más fácil hacerlo elaborado

–Hablemos de gastronomía: ¿Con qué se queda, pote o callos?

–El pote, una buena fabada con tertulia entre amigos. Esta semana un amigo nos prepara una fabadina antes de marcharme de vacaciones la semana que viene. Siempre con amigos o familia.

–Y de postre, ¿frixuelos o casadielles?

–Casadielles. A mí el frixuelo no me da más.

–Si le dan a elegir entre el Antroxu o la Comida en la Calle, ¿con cuál se queda?

–Antroxu siempre. Es lo primero que empecé a disfrutar por la edad y cómo se llevaba antes. La Comida en la Calle está bien, tiene mucho ambiente y es una fiesta que se lleva mucho. Pero el Antroxu es más sinvergüenza.

–¿Por qué cree que la gente ya no se disfraza tanto como antes?

–No sé si será el miedo al ridículo o qué. Cuando comenzó, como habíamos salido de la Transición, nos gustaba más disfrazarnos y reivindicar.

–¿Descenso de Galiana o el desfile del Martes de Antroxu?

–El Descenso siempre. Es más juerguista, más bestial y más todo. El martes es un día más tranquilo, algo que se disfruta más con los niños y la familia.

–¿A quién la daría la murga y por qué motivo?

–Se la daría a todos los que no se disfrazan. Si estamos en fiestas de carnaval, hay que disfrazarse. Cuando empezamos es lo que se hacía. Al que no se disfrazaba se le daba la murga. Recuerdo cuando no se dejaba entrar en Galiana a todo aquel que no fuese disfrazado.

–¿Con cuál de las Bellas Artes se queda?

–Con la pintura, como yo, que soy un cuadro.

–Ya que hablamos de arte, ¿cuál ha sido su mejor creación en la vida?

–Mi hija, ha sido una creación perfecta. Es la pintura exacta para mí.

–Un rincón avilesino imprescindible en Antroxu.

–Galiana siempre. Es ahí donde empezó todo y sin Galiana, Avilés sería soso.

–Su mayor gesta de Carnaval fue…

–Cuando ganamos el primer bar antroxao en 1998, con castillo bajo el mar. Lo hicimos cuando empezaba Pepe Espiña y empezamos a decorarlo con cartones y papel y la de mi madre. Había mucha rivalidad de aquella. Teníamos el bar súper decorado por dentro y a la gente le gustó mucho.

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