El conflicto en DXC se encona: la empresa se niega a negociar con los sindicatos que apoyan la huelga

Las centrales promotoras de los paros convocan sendas concentraciones en Avilés y la tensión escala al resto de centros de trabajo en España

Parte de los asistentes a la concentración que convocaron los sindicatos de DXC.

Parte de los asistentes a la concentración que convocaron los sindicatos de DXC. / Luisma Murias

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

La convocatoria de huelga en los centros de trabajo de la multinacional DXC –incluido el de Avilés, donde trabajan cerca de 900 empleados– ha tenido consecuencias: la dirección de la compañía ha comunicado a los sindicatos que respaldan los paros que les excluye de las negociaciones abiertas para tratar de llegar a un acuerdo de mejora salarial, que es el telón de fondo del conflicto laboral.

La empresa ha venido a decirles a las centrales convocantes de la huelga que no acepta negociar bajo la presión de una huelga que comenzará este jueves, y en consecuencia solo tendrá oídos para las organizaciones que optaron por dar una nueva oportunidad al diálogo antes de usar la baza huelguista. La respuesta de las organizaciones pro paros ha sido seguir en sus trece , convocar una asamblea informativa telemática para esta tarde y convocar sendas concentraciones delante del ayuntamiento de Avilés los próximos días 21 y 22 a las 12.00 horas.

Las centrales sindicales alineadas en el ala dura de la parte social son CC OO y USO –ambas con representación en el comité de empresa de DXC en Avilés– y otras tres sin presencia en ese órgano: CNT, CSI y CGT. Por su parte, la CSIF y UGT, presentes en el comité, se mantienen al margen de los paros, si bien ayer aún no habían sido convocadas formalmente a negociar. En el caso de la CSIF, un portavoz de la organización explicó que la razón de haberse desmarcado de los paros es que los juzgan "precipitados" y que quieren intentar la vía del diálogo antes de respaldar una medida tan drástica como la huelga.

El conflicto que se sustancia en el centro de trabajo de DXC en Avilés tiene paralelismo con la situación que se vive en otras localizaciones de la compañía en España: Zaragoza, Barcelona, Sabadell, Madrid, León, Gerona y La Coruña. La convocatoria de huelga comprende siete días partidos en tres tramos: 21 y 22 de marzo, 29 y 30 de abril y del 3 al 5 de junio. Estas fechas han sido seleccionadas con toda la intención porque coinciden con circunstancias productivas que si el grado de seguimiento de los paros es alto podrían complicar mucho a DXC el cumplimiento de los servicios tecnológicos que presta a sus clientes.

El malestar de la plantilla de DXC tiene que ver con los sueldos y la política retributiva de la compañía.

En la mesa de negociación abierta, la empresa ha planteado un modelo de mejora salarial basado en la productividad individual y los sindicatos, que desconfían de la objetividad de los criterios para evaluar esa productividad, defienden un sistema más clásico: acordar un porcentaje de subida de los sueldos y aplicarlo de modo lineal. El porcentaje de pretendida mejora salarial que los sindicatos ponen sobre la mesa es el 17%, el equivalente, según sus cálculos, al poder adquisitivo perdido desde 2022.

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