El luanquín Ángel Fernández Artime recibe la ordenación episcopal en Roma pidiendo cuidar a los jóvenes

El rector mayor de los Salesianos, creado cardenal el pasado mes de septiembre, manifiesta su deseo de "no defraudar al Pueblo de Dios"

Ángel Fernández Artime, en el centro, bendice a los asistentes a la ceremonia tras la ordenación episcopal en Santa María la Mayor.

Ángel Fernández Artime, en el centro, bendice a los asistentes a la ceremonia tras la ordenación episcopal en Santa María la Mayor. / Salesianos.Info

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

El asturiano Ángel Fernández Artime ya es obispo. Obispo casi siete meses después de haber sido creado cardenal, una secuencia poco usual en el ámbito de la Iglesia católica. Ayer recibió la ordenación episcopal en Roma, en la Basílica de Santa María la Mayor, templo papal muy vinculado a la historia de España y que se halla próximo a la sede central de la Congregación Salesiana, de la que el cardenal Fernández Artime es rector mayor. Nacido en Luanco (Gozón), en 1960, ahora también es arzobispo titular de Ursona, un territorio que fue jurisdicción eclesiástica pero que hoy solo existe en su título, sin que tenga territorio concreto ni fieles.

En la misma ceremonia –emotiva y con numerosa concurrencia– también recibió la plenitud del sacerdocio otro salesiano, el italiano Giordano Piccinotti, presidente de la Administración del Patrimonio de la Santa Sede y arzobispo titular de Gradisca.

Al final de la celebración, los nuevos arzobispos impartieron sus primeras bendiciones. En nombre de los dos, el cardenal Fernández Artime agradeció a Dios la guía de sus vidas "hasta este momento" y añadió: "Los salesianos hemos aprendido de Don Bosco a tener una grandísima sensibilidad de comunión con el Santo Padre". El religioso asturiano manifestó su deseo de "no defraudar al Pueblo de Dios". Agradeció la presencia de familiares y amigos, y destacó que la Congregación Salesiana ha sido para él "un buen camino de gran fraternidad". Artime hizo hincapié en que vivirán la autoridad desde el servicio al estilo de Jesús y cerró sus palabras con una invitación a cuidar a los jóvenes –"la porción más delicada de la sociedad", dijo, citando a Don Bosco– y acercarlos más a la Iglesia.

Los dos nuevos obispos, postrados en el suelo durante el canto de las letanías que imploran la intercesión de los santos. | Salesianos.Info

Los dos nuevos obispos, postrados en el suelo durante el canto de las letanías que imploran la intercesión de los santos. / Salesianos.Info

Junto al obispo consagrante, el cardenal Emil Paul Tscherrig, estuvieron como obispos co-consagrantes, los salesianos cardenal Cristóbal López, arzobispo de Rabat, y Mons. Lucas Van Looy, obispo emérito de Gante. Junto a ellos un nutrido grupo de cardenales y obispos. Resultaron particularmente significativos algunos momentos, como el canto de las letanías implorando la intercesión de los santos, con los dos ordenandos postrados en el suelo. La casulla, la mitra y el báculo que usó el rector mayor salesiano le fueron regalados por su comunidad de la sede central.

Ayer mismo, por la mañana, el décimo sucesor de Don Bosco envió un comunicado a toda la familia salesiana explicando que, con un permiso especial del Papa Francisco, continuará como rector mayor de la congregación hasta el próximo 16 de agosto. Al ser ordenado obispo debería dejar de ser superior general de los Salesianos, pero el Papa concede una excepción, en este caso, hasta la fecha señalada.

Ese día, en la Basílica de María Auxiliadora, celebrando los 209 años del nacimiento de Don Bosco, firmará la renuncia como rector mayor. Lo hará ante el consejo general de los Salesianos y ante 370 jóvenes que habrán celebrado esa semana el sínodo del movimiento juvenil de la congregación. Desde ese momento, Stefano Martoglio, actual vicario del rector mayor, asumirá sus funciones hasta la elección que tendrá lugar en febrero de 2025.

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