Las razones que explican, según los geólogos, la pérdida de arena en Salinas

Investigadores de la Universidad de Oviedo llaman a evitar retrocesos históricos de hasta cuatro metros de anchura en la zona de dunas a cuenta de los dragados en la bocana de la ría

La playa de Salinas, desde el paseo

La playa de Salinas, desde el paseo / M. V.

C. Jiménez

La tendencia erosiva en una parte del arenal de Salinas tiene su origen en los dragados encargados por la Autoridad Portuaria de Avilés en la bocana de la ría entre 2008 y 2009. Este es el diagnóstico que realizan geólogos de la Universidad de Oviedo, quienes consideran totalmente "tendenciosas" las cifras que maneja el Puerto. Con la llegada de la draga "SIF R" la pasada semana para retirar 33.000 metros cúbicos de sedimentos de la bocana y el canal de entrada de la ría, los gestores portuarios dieron a conocer que la playa de Salinas no solo no pierde arena, sino que la ha ganado. Y contabilizaron esa dinámica en más de 100.000 metros cúbicos desde 2021, cuando se realizó el último dragado.

Germán Flor Blanco, profesor del departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, sostiene que los dragados de más 800.000 metros cúbicos de arena realizados en 2008 y 2009 provocaron la pérdida de altura de arena de más de 5 metros en sector oriental del paseo de la playa de Salinas, en el entorno de los Gauzones, Miramar, El Espartal y gran parte de la fachada de chales, donde, según Flor Blanco, "se rebajó el nivel de arena por debajo de la zapata del paseo, favoreciendo el lavado del material y provocando colapsos".

"La situación", asevera, "es lo suficientemente grave como para que se siga perpetuando esta manera de actuar", subraya el geólogo al tiempo que apunta que el sistema de playa y dunas de Salinas ha vivido cuatro etapas diferenciadas. El primero, cuando se produjo un retroceso de hasta "cuatro metros de anchura" en la zona de dunas "en los años posteriores a los intensos dragados" que hicieron desaparecer, asegura Flor, "la zona supramareal", porque "el Puerto no tiene encuentra la pérdida de arena en las dunas, habla solo de la playa".

La segunda etapa tiene que ver con los años posteriores a los temporales históricos de 2014 que desembocaron en una pérdida de sedimento en la playa y la recesión de la duna en torno a doce metros de anchura. "Al no haber pendiente en la playa y no existir una anchura de arena seca importante, el oleaje fue mucho más dañino", señala Flor.

La tercera etapa, hasta 2023, implicó que el sedimento que quedó en la zona sumergida tras los temporales de 2014, volvió paulatinamente a la parte superior de la playa, "pero de forma más lenta que en otros sistemas". Y esa recuperación, dicen los expertos, coincide con la etapa en que no se han hecho dragados importantes. La última de las cuatro etapas, en el momento presente, se corresponde con la pérdida de arena en la parte central de la playa, y "con una ligera recesión de las dunas" que se habían recuperado hasta 2023.

Los geólogos de la Universidad de Oviedo que han estudiado este ecosistema consideran que, si bien es "comprensible" que el Puerto quiera realizar dragados de mantenimiento, si continúan eliminando arenas de la bocana, "que provienen mayoritariamente del transporte desde la playa" y se echan fuera "se volverá a perder sedimento en todo el sistema". Los expertos insisten en esa "evidente, publicada y demostrada" relación causa-efecto entre los dragados y la pérdida de arena.

"El daño ambiental es incalculable", insisten, pero "se puede revertir a futuro mejorando las propuestas de gestión y no apartando a los técnicos solo porque sus estudios no favorecen al Puerto de Avilés".

Los datos de la Autoridad Portuaria señalan que la playa ganó unos 500.000 metros cúbicos de arena desde 2009. Todo ello servirá para la nueva propuesta que comenzarán a elaborar de cara a la futura Declaración de Impacto Ambiental (DIA).

El sistema de limpieza de playas acaba por erosionar dunas pioneras en el litoral

"Aquí cogen los datos y cometen barbaridades medioambientales que pasan desapercibidas", se lamenta el geólogo de la Universidad de Oviedo Germán Flor, quien avanza otro problema que se avecina a futuro en los ecosistemas costeros del Principado. Se trata de las consecuencias de la gestión de la limpieza en las playas, donde las máquinas terminan llevándose mucha arena y destruyendo las dunas pioneras y la vegetación que previamente se erosionaron, "para solo recoger restos de plástico y ramas que llegan flotando", dice. "Ya se puso en conocimiento de las autoridades y lo único que hicieron fue tapar los contenedores", lamenta Flor.

Normalmente, la limpieza mecánica de playas es un servicio que se efectúa mediante una máquina limpiaplaya que es remolcada por encima de la superficie de la arena por un tractor conducido por un operario.

Tanto los requisitos de Banderas Azules como los del sistema del ICTE priman la satisfacción de los usuarios por encima de otro tipo de consideraciones. Es por ello que la limpieza de las playas, del agua del mar y de las instalaciones durante la temporada de baño constituye una condición de cumplimiento mínimo.

El mercado ofrece equipos para la limpieza que se basan en la succión y en el rastrillado o cribado que, sin aplicar criterios geomorfológicos y ambientales de gestión, reduce la biodiversidad costera, altera los perfiles de playa y provoca una pérdida de sedimentos.

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