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Energía pictórica

Tras poco más de una hora de vuelo, aprovechando las compañías "low cost", podemos encontrarnos frente al "Mural" de Jackson Pollock (Cody, Wyoming, 1912 - Long Island, 1956) en el Museo Picasso de Málaga, donde se exhibe por primera y quizá última vez en España, tras haber sido expuesta en la Peggy Guggenheim Collection de Venecia y en el Deutsche Bank Kunsthalle de Berlín, viajando posteriormente a la Royal Academy of Arts de Londres antes de su regreso al Museo de Arte de la Universidad de Iowa al que pertenece esta pintura icónica del siglo pasado. Encargado en 1943, a un Pollock prácticamente desconocido, por la coleccionista y galerista Peggy Guggenheim para decorar la entrada de su apartamento, una estancia estrecha y alargada, el "Mural" de 242,9 por 603,9 centímetros, sumía al visitante, que apenas podía alejarse, en una experiencia pictórica inmersiva.

El "Mural" tiene numerosas influencias, desde el "Guernica" de Picasso que viajo por Estado Unidos para recaudar fondos para el gobierno de la Republica Española pasando por el muralismo mexicano y hasta la fotografía experimental, en movimiento, que recogía la muestra "Fotografía en acción" que aquel verano de 1943 exhibió el MOMA. Pollock veía el "Mural" como una estampida de caballos, vacas, búfalos y antílopes por el Gran Cañón. Y se trata de una de las pocas obras del artista norteamericano que ejecutó con el lienzo en posición vertical, antes de que en 1945 empezará a practicar el "dripping" o técnica del vertido.

Aclamado por la crítica como un símbolo de la abstracción, había sido capaz de volatilizar el objeto logrando una fuerza dramática y emotiva en sus cuadros de goteo, con sus encharcamientos y sus chorreos. Sin embargo, es un pintor que a diferencia de De Kooning o de Gorki mantiene a la pintura en el plano horizontal, arrojando liquido sobre el lienzo la gravedad se erige como un argumento aunque algunos críticos mantienen que escondidas tras esas madejas pictóricas, tras esos remolinos, se encuentran la representación y la presencia. Precisamente la gran batalla de Pollock entre la figuración y la abstracción se mantuvo hasta el final de sus días. En 1951 regresan los elementos figurativos a su obra, como en las décadas de los treinta y cuarenta, y con ellos retorna el alcoholismo, las depresiones y el psicoanálisis, un bloqueo permanente que le conduciría hasta la muerte en 1956, cuando ebrio estrelló su coche contra un árbol.

La exposición comisariada por David Anfam se completa con cuarenta y un obras, algunas de gran formato como "Hilo/Yarn" de Andy Warhol, "Elegía a la República Española nº 126" de Robert Motherwell, "La grande foule", de Antonio Saura, la escultura "Tanktotem III" de David Smith y "Soñé que revelabas XV" de Juan Uslé. Además, se puede ver el proceso de restauración del "Mural" que se llevo a cabo en el Getty Conservation Institute de Los Angeles, antes de que comenzase su itinerancia por Europa.

La apuesta de Málaga por el turismo cultural, no exenta de polémica con la llegada del Museo Carmen Thyssen y la sucursal del Centro Pompidou, se completa con el CAC Málaga donde hasta el 21 de agosto se puede disfrutar de la excelente muestra "Cold Stones" de Richard Long.

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