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Borg vs. McEnroe

Cuatro décadas de un partido que hizo época en Wimbledon

5 de junio de 1980. Se han cumplido cuarenta años de una maravillosa final de Wimbledon, el torneo de tenis mas prestigioso del mundo sobre hierba. El partido fue considerado por los críticos de la época como el mejor de la historia.

A un lado de la red el sueco Björn Borg, que afrontaba la posibilidad de conseguir su quinto título consecutivo en el All England Tennis Club, salió a la pista con equipación italiana "Fila", niki de finísimas rayas rojas que no quebrantaban la obligatoriedad que impone el torneo inglés de vestir de blanco y armado con raquetero "Donnay". Eran tiempos de madera, todavía no habían llegado masivamente al diseño la fibra de carbono y otros materiales. En la élite se veían algunas excepciones como la raqueta de aluminio de Jimbo Connors y la de acero, diseñada por Arthur Ashe. La llegada del sueco a la final fue gracias a eliminar a Gene Meyer en cuartos y a Brian Gottfried en semis, ambos norteamericanos.

En el otro lado de la red, un maravilloso "cascarrabias" con instinto asesino de juego de ataque nacido en Wiesbaden-Alemania, donde estaba trasladado su padre como miembro de las Fuerzas Aéreas de EEUU. Al salir del túnel de vestuarios pudo verse entre el público un cartón con la leyenda: "McKenroe for President". Big Mac jugó con ropa italiana de Sergio Tacchini, cinta roja sujetando su acaracolado pelo y con la inolvidable "Dunlop Masplip". Se deshizo en cuartos del "cañonero" Roscoe Tunner -que todavía ostenta el cuarto puesto del ranking mundial de la historia con un saque de 246 km/h en Palm Springs, 1978- y de Jimmy Connors en semifinales.

El primer set fue una exhibición de John. Saques liftados que enviaban al sueco a restar al lateral junto al público y voleas de todo tipo, de drive, revés. smachadas, cortadas, de bote pronto? Dureza al resto y tras él a la red para rematar punto tras punto. Total 6-1 para Big Mac. El parcial antes de esta final era de 3-0 para McEnroe y todo pronosticaba la cuarta victoria consecutiva para él.

Björn, además de un gran atleta, era un hombre forjado en tierra -de 1974 y hasta 1981, fue seis veces campeón de Roland Garros por lo que su juego de fondo era sólido y su capacidad de passing muy alta. Esto junto a la disminución en el número de aciertos de McEnroe, hizo que las dos siguientes mangas fuesen para el nórdico por 5-7 y 3-6. El cuarto set pasó a la historia por un inolvidable "tie-break" que duró nada menos que ¡22 minutos! y que caería del lado del estadounidense por 18-16. El quinto set fue del tipo del tercero y cuarto y acabó ganando Borg por un apretado 6-8.

Los devotos de Joan quedamos tristes, pero aquel 5 de Julio nos enamoramos mucho mas de su juego. Pocas semanas después, recuperamos la alegría cuando John se tomó la revancha ante Borg en la final del US Open y al año siguiente pudimos festejar y gritar ¡Viva el juego de saque y volea! en la final de Wimbledon 1981 donde Big Mac hizo hincar la rodilla al nórdico por 4-6, 7-6, 7-6 y 6-4 anotándose su primer título en el torneo londinense. Respecto a este último partido la cantante pop italiana Loredana Berté, con quien Björn estuvo casado, asegura que la coca fue la culpable de la derrota en su autobiografía "Traslocando".

Borg y McEnroe se hicieron buenos amigos, así McEnroe fue el padrino de una de las bodas de Borg, se llaman y ven con frecuencia. En dos señaladas ocasiones John intentó hacer cambiar de opinión a Björn ¿Qué haces, estás loco?

La primera fue cuando el sueco, a finales de 1981, anunció su temprana retirada con tan solo 26 años. La película de 2017 "Borg vs McEnroe", de obligada visión para los amantes del tenis, versa sobre Wimbledon 1980 y la personalidad de los dos genios de la raqueta. El americano temperamental y fuego, el sueco calculador y hielo. Se descubre como en sus comienzos Björn fue un adolescente maleducado y casi insoportable que soltaba tacos, tiraba la raqueta ante cualquier contratiempo en el juego y hacía trampas. Fue su entrenador Lennart Bergelin -cuartofinalista en Wimbledon- quien lo pulió hasta transformarlo en "Ice Borg", pero no pudo quitarle su inmenso pavor al fracaso. Antes de un partido se despertaba de noche sudoroso sintiendo el ruido de su cordaje romperse. Probablemente esto fue lo que propició su rápida marcha del circuito.

La segunda vez fue en los años 90, cuando Björn acuciado por las deudas, pretendió subastar sus 5 trofeos de Wimbledon. En esta ocasión Big Mac le hizo cambiar de opinión. En 1981 no pudo.

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