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Primitivo Abella

El negocio del agua

Sobre la deuda que reclama la empresa Asturagua al Ayuntamiento de Avilés

A finales de 2008, el Pleno de la Corporación decidió, con los votos del PSOE y los de la derecha, la privatización del servicio de aguas. Un año después, la multinacional Suez, a través de Aquagest, se hizo con el contrato; Avilés se lanzaba a la corriente privatizadora. La mitad del agua del Estado español se suministra ya a través de empresas controladas por Suez o por su competidora FCC.

Las multinacionales de agua entregan un dinero a las administraciones en concepto de canon que luego van recuperando a lo largo del tiempo. A los gobiernos municipales les viene muy bien una entrada de fondos de un día para otro porque reducen deuda municipal y además pueden hacer inversiones. También pueden traer buenas orquestas, pagar fuegos artificiales y poner luces de Navidad que se vean desde la estación orbital. El dinero entra de golpe y se devuelve poco a poco.

Para ayudar a que los políticos piensen sus decisiones sobre qué hacer con el agua, las multinacionales organizan viajes con gastos pagos y regalan jamones, sobres y otros obsequios que, algunas veces, los jueces investigan. Tras su implicación en el “caso Pokémon”, Aquagest cambió de nombre y en Asturias pasó a llamarse Asturagua, que suena mucho mejor y nos sugiere agua más limpia.

¿Cómo funciona el negocio del agua? Pues, básicamente como una hipoteca de tipo variable pero con cláusula suelo. Me explico. Las ganancias del socio privado manan de tres fuentes: del beneficio industrial de las obras que ejecuta la empresa, de los dividendos del comercio del agua y de los ingresos financieros por el préstamo que hizo a la empresa. Si las fuentes vienen caudalosas no hay problema, pero si alguna anda escasa entonces se aplica una cláusula que dice que el socio privado no puede ganar anualmente menos de un 4,48% de la inversión. Es la Tasa Interna de Retorno (TIR) mínima garantizada. El socio dice ahora que bebe poco, que no le llega.

El problema viene del grifo financiero. El socio esperaba que la empresa mixta le pagara el préstamo a un buen tipo de interés, pero como está referenciado al euribor, que desde hace cinco años está en valores negativos, las cuentas no salen. Entonces pide que se active la cláusula suelo y dice que el Ayuntamiento está obligado a restaurar el equilibrio y echar mano a la cartera. En ello estamos.

El seguimiento del contrato debía analizarse cada cinco años, pero se hace ahora y después de once años se acumula mucha sed. Para restaurar el equilibrio habría que entregar 17,3 millones de euros. Lógicamente, se buscarán formas de ir haciendo entregas anuales pero, claro, cuanto menos anticipes el pago de una deuda, más pagas. Una compensación anual de las cuentas del socio de un millón y medio durante los 14 años que restan también valdría.

Lo que estudia el gobierno avilesino es cómo hacer esas compensaciones. Se puede entregar remanente de Tesorería, se puede subir la tarifa del agua y alguna otra cosa; pero, en esencia, la ciudad tiene que pagar a la multinacional Suez la diferencia entre los beneficios esperados y los reales. El debate es si sale de las cuentas municipales o directamente de los bolsillos de los avilesinos y avilesinas.

Lo sorprendente de todo esto es que el PSOE saque pecho y defienda esta operación ruinosa. Gracias al canon del agua, dicen, conseguimos en 2010 reducir 20 millones de deuda y hacer inversiones. Aquel año fue el de la entrada del dinero de la multinacional del agua, “La lotería del Niño” que dijo un concejal de la Corporación. Si amortizas un préstamo con el dinero de otro tendrás que conseguir un tipo de interés menor para que la operación merezca la pena. No fue así. Desvistieron un santo para malvestir otro. Un ejemplo: en 2018, con una deuda de 23 millones, el Ayuntamiento dedicó 150.000 euros a intereses. Se amortizó deuda que ahora tendría un interés ridículo con un pufo que viene con un tipo de interés como los de Cofidis. La ciudad recibió un dinero en 2010 que devolverá duplicado en 25 años; con eso cuenta el modelo de flujos de caja de la multinacional, así que en unos años los hogares avilesinos también duplicarán su factura. Veremos entonces si es verdad que los gatos escaldados huyen del agua fría.

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