María de las Mareas: in memorian

José María Murias González

José María Murias González

El 30 de enero de este año 2024 recibí tempranamente la tristísima noticia del fallecimiento de una amiga del alma, María de las Mareas García Fernández-Arenas (Mar). Me la dio su esposo y amigo Jorge Luis Suárez Alonso (Jorge), concejal en el anterior mandato de Participación Ciudadana y Cooperación Internacional en el Ayuntamiento de Avilés.

María de Mar y sus padres, Ramón y Purita, y sus abuelos, Ramón y Pura, fueron una de las familias que con más cariño y cuidados me acogió desde el año 1972, fecha en la que me nombraron coadjutor de la parroquia de San Nicolás a la que todos ellos juntos asistían para participar semanalmente en los cultos. Se consideraban de Avilés de toda la vida y de San Nicolás de siempre.

Mar era una adolescente muy agradable, cariñosa, inquieta, deseosa y necesitada de amistad, de grupo, de participación (era hija única) y encontró en la parroquia, en los grupos de la parroquia (los grupos de la torre) que nos reuníamos semanalmente para reflexionar, para debatir, para escucharnos y aprender a organizarnos, a comprometernos, para descubrirnos a nosotros mismos y a los demás, para conocer a Jesús y ser Iglesia del Vaticano II, tarea difícil en aquellos tiempos, el sentido que iría orientando sus vidas.

Cada grupo de 5-7 jóvenes, éramos unas 50 personas, tenía su responsable con quienes me reunía cada semana para revisar y preparar la reunión del sábado.

Había método, responsabilidad, compromiso y sentido comunitario. Se veía a la gente crecer. Los responsables eran algo fundamental. Mar era responsable de un grupo.

En su casa se hicieron muchas reuniones y celebraciones muy prestosas y sabrosas. La cocina de su casa era excelente.

Muchos de aquellos jóvenes fueron catequistas. Muchos hicimos algún campamento, excursiones, encuentros con otras parroquias y alguna reunión conjunta con la JOC a la que algunas jóvenes se incorporaron. Mar siempre participó en todo.

Hace menos de un año me confesó que ella aprendió a ser persona, creyente y comprometida, y que siempre había entendido el sentido de la vida e incluso su compromiso político como un desarrollo de lo que había descubierto y vivido en la parroquia y que era algo que ahora echaba de menos en este mundo neoliberal, egoísta y carente de inquietudes compartidas, solidarias y utópicas. Eso le causaba dolor.

Mar encontró el camino de la autonomía a través del trabajo en el ámbito de los Derechos Humanos y en el desarrollo de la Sociedad del Bienestar, a través del compromiso político y social. Como militante del PSOE formó parte de la ejecutiva de Avilés y fue diputada autonómica en la Junta General del Principado. Destacó también como militante de la UGT.

Desde la óptica social se destacó por su vinculación a Amas de Casa, la asociación Tierno Galbán y la Asociación de Mujeres Progresistas.

Siempre se caracterizó por la defensa de los derechos de las mujeres, por la visibilización de su discriminación en el campo laboral, familiar y social, así como de la búsqueda de formas de erradicarla.

Le indignaban las relaciones asimétricas de poder político, económico y social entre hombres y mujeres.

En largas conversaciones, después de mucho tiempo centrada en el compromiso temporal, fuimos desgranando la relación entre su compromiso y su fe, tan viva, tan fuerte y tan impregnada en cada una de sus acciones. "Muéstrame tu fe sin obras y yo por mis obras te probaré mi fe" (Stg. 2,18) o "venid, benditos de mi Padre porque..." (Mt 25, 31ss).

Mar, después de una vida llena, solidaria y comprometida entró en un proceso de enfermedad, de deterioro que le causaba mucho dolor, que no le permitía ser ella misma.

Mar, tuviste la fortuna de contar con muchas personas que te alegraron la vida y sobre todo tuviste a tu amor, Jorge, que te acompañó, ayudó, apoyó y cuidó con mimo, con dolor y lágrimas al ir viviendo contigo tu deterioro. ¡Cuánto te quería y cuánto esperaba volver a encontrar en ti esa persona con la que tanto fuisteis descubriendo juntos!

¡Cuánto amor vivido, compartido y deseado! ¡Y cuánto dolor! Que hay que superar.

Hoy ya tiene que ser un día de acción de gracias y de esperanza.

Acción de gracias a Dios por tu bondad, por las grandes cosas que hiciste, por haber sido buena, acogedora, servicial. Hoy "Dios te habrá dado el abrazo del encuentro con mil besos". (lc 15,20)

Mucha esperanza, esperanza en la salvación y felicidad eterna y plena de Mar porque ha llegado al Reino de la Justicia, la verdad, el amor y la paz; y esperanza en que nosotros, Jorge, todas las personas de buena voluntad, seguiremos trabajando para imitar las virtudes de Mar y así hacer posible el Reino aquí.

Un gran abrazo y mucho ánimo.

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