Opinión | El Gasómetro

Camisetas, stilettos y botas de fútbol

El gol que todos esperamos: que el Avilés liquide las deudas con el Ayuntamiento y se normalice la situación de uso del estadio municipal

Pasados los ecos del 8M, la vida sigue igual. Da lo mismo lo que se haya dicho hace dos días, aun siendo innegable el avance de la presencia de las mujeres en la vida económica, política y empresarial en nuestro país, seguiremos encontrándonos casos como La Descarga, en Cangas del Narcea, donde las mujeres no podrán participar en la tirada de La Descarga de Cangas del Narcea, "para mantener la tradición", dicen.

Igualmente, al encender la televisión continuará la estética dual. Veremos a dos de los periodistas varones con más seguidores vistiendo ropa informal, como camisetas bajo una americana "casual" pocas veces renovada, estética que rara vez encontramos en las presentadoras o periodistas mujeres, no siempre por deseo personal, especialmente en algunas cadenas. Tal vez sea porque algunos piensen que el mensaje emitido por los varones llega igual, sea cual sea el atuendo, mientras que la estética es, en el caso de las mujeres, más importante; en este caso, buena parte de responsabilidad recae en el espectador varón.

Si nos fijamos en el calzado encontraremos a los varones subidos, unos, en unos zapatos deportivos, mientras otros calzan al modo clásico, pero siempre en el modo común de las personas de apariencia masculina. Por el contrario, entre las periodistas y presentadoras mujeres veremos a muchas haciendo equilibrios sobre unos más que finos soportes llamados "stilettos" cuyo uso reiterado y aparente incomodidad hace dudar sobre la voluntariedad de la elección por parte de la presentadora.

Nos queda un largo trecho para que cada día sea 8 de marzo, para que desaparezcan todas esas escenas cotidianas que, de forma casi imperceptible por lo habitual de su reiteración, hacen que parezca como natural la falta de reconocimiento de los derechos de la mitad de las personas con las que compartimos los momentos de ocio, los espacios de trabajo y la vida misma.

Quien debe revisar cuanto antes el calzado que se ha de poner es el presidente del Real Avilés Industrial, a quien le vendría bien subirse a unas botas de fútbol y meter el gol que todos esperamos, liquidar las deudas con el Ayuntamiento y normalizar la situación de uso del estadio municipal, de horrible estética y funcionalidad, por cierto. No olvidemos que los dos mil abonados del club somos una mínima proporción entre los habitantes de la ciudad, verdaderos propietarios del estadio y del propio Ayuntamiento.

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