Opinión

Guardias médicas: el camino es la flexibilidad

La compleja tarea de encajar horarios y retribuciones en el proyecto de la ministra de Sanidad

Guardias médicas: el camino es la flexibilidad

Guardias médicas: el camino es la flexibilidad

Enrique González Fernández es médico, diplomado en Gestión de Áreas y Servicios Hospitalarios y máster MBA Experto en planificación y gestión sanitaria

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado su intención de eliminar las guardias médicas en el Sistema Nacional de Salud (SNS), pero sin alternativa conocida, pese a que se trata de un componente organizativo y retributivo de enorme importancia.

Las guardias médicas son una modalidad de jornada laboral destinada a cubrir la atención sanitaria en horario diferente a la jornada ordinaria (de lunes a viernes en horario de mañana). Actualmente, cualquier día, por la tarde o noche, en un centro de salud o un hospital hay todo un dispositivo de profesionales y equipamiento preparado para atender a cualquier persona que acuda a urgencias, o a las personas que permanecen ingresadas en el hospital. Lo mismo se atiende un dolor torácico en un centro de salud que un accidente de tráfico en el servicio de urgencias del hospital o un empeoramiento súbito de un paciente que ya estaba hospitalizado. En la inmensa mayoría de las ocasiones, el resultado es favorable para la salud del paciente.

Las horas de trabajo que cubren esas guardias son computables como jornada y se incluyen en el cómputo semestral de jornada máxima establecido en la normativa vigente, 48 horas semanales de media consideradas en un semestre. Mayor número de horas en turno de guardia supone menor disponibilidad de horas de ese profesional para cubrir la jornada ordinaria.

La retribución de esas horas se realiza mediante un concepto denominado "atención continuada", que aplica una cantidad determinada por cada hora realizada. El modelo retributivo general del SNS deriva del acuerdo que se plasmó en el Real Decreto-Ley 3/1987, de 11 de septiembre, sobre retribuciones del personal estatutario del Sistema Nacional de Salud, mediante el que se pasó de un modelo de corte laboral a un modelo derivado del aplicado para el conjunto de la Función Pública. Con ligeras modificaciones, es el modelo vigente.

La realización de guardias y la retribución correspondiente representan una buena parte del salario de los médicos del SNS, siendo, además, el instrumento con el que se incorpora flexibilidad organizativa y retributiva en los hospitales, adaptándose a cuestiones asistenciales u organizativas diversas.

Cierto es que, en una plantilla médica con muchos años de servicio, siendo la realización de horas de guardia, por un lado, un refuerzo salarial importante, supone una sobrecarga de horas de presencia efectiva en el centro de trabajo. Reducir las horas de presencia es, sin duda, un objetivo laboral en cualquier sector. La cuestión es cómo hacerlo, algo que hasta ahora no sabemos, además de recordar que las competencias para la organización y gestión de los servicios de salud territoriales que componen el Sistema Nacional de Salud están radicadas en los gobiernos autonómicos. Queda para el Ministerio de Sanidad la competencia de ordenación general del SNS, que no es poco; pero, una vez establecido el marco, serán los gobiernos autonómicos los que decidan en cada caso.

Siendo, por lo tanto, deseable la reducción del número total de horas de presencia de los facultativos en los centros sanitarios, la cuestión es si esa opción es viable en este momento, con el actual modelo normativo y organizativo. Para ello hay que responder a varias preguntas.

La primera es la más sencilla: ¿Cómo organizar la atención a los pacientes fuera de la jornada ordinaria? Seguramente existen superposiciones de servicios, horas que pueden ser prescindibles, mejoras en la coordinación entre los centros trabajando en eso que se llama "en red": fácil de decir, pero menos fácil de ejecutar.

La segunda no es compleja, pero tiene alguna dificultad más: ¿Es posible reducir las horas totales de presencia sin merma retributiva? Evidentemente, si hay merma retributiva, el cambio de modelo será inviable. Por lo tanto, será necesario modificar la estructura completa del modelo retributivo, algo que, si se enfoca bien, sería muy interesante, porque aplicar un modelo rígido, pensado para la función administrativa, a una organización de la complejidad y dinamismo de un hospital es un lastre que limita su capacidad de respuesta asistencial y su eficiencia.

Una tercera cuestión es de fácil formulación y difícil respuesta. Si, pese a reducir el número de horas de guardia, aún son elevadas, y se quiere reducir la presencia en el centro de trabajo, solamente hay una solución: reducir las horas de presencia en jornada ordinaria y, por tanto, contratar nuevos profesionales; en caso de no existir disponibilidad, la reducción de horas habrá de hacerse sobre la jornada ordinaria, reduciéndose la actividad. Nótese que, si se reducen las horas de guardia sin merma retributiva y se contratan más profesionales, existen dos fuertes incrementos en la masa salarial que el sistema tendrá que absorber.

Finalmente, sea el que sea el camino que se vaya recorriendo, resulta necesario reducir la rigidez del sistema, permitiendo diferentes modelos de organización y retribución, en función de las características de los centros.

Por lo tanto, el sencillo enunciado "reducir las guardias médicas" obliga a un enorme y complejo cambio en la organización sanitaria y en el modo de trabajo de los profesionales.

Inquietante jeroglífico sanitario.

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