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El legado de un maestro de las artes marciales

Gerardo Fidalgo, único asturiano 4.º dan en kendo, deja esta disciplina tras dos décadas cargadas de éxitos

El maestro posa ataviado con la indumentaria kendoka.

Sus primeros pasos en las artes marciales fueron en el kárate, deporte que le gustaba y donde es 2.º dan, pero cuando descubrió el kendo por medio de un amigo se quedó prendado de esta disciplina. Dice que empezó tarde, con 30 años, pero su implicación en este deporte fue tal que a día de hoy es el único maestro en Asturias 4.º dan, 3.º dan en iaido, además de árbitro nacional. Se trata de Gerardo Fidalgo (Oviedo, 1968), quien desde que se enfundó el bogu (armadura con la que se practica el kendo), no ha parado de formarse y estudiar sobre este arte marcial de origen japonés. Ahora, después de dos décadas practicando el kendo, ha tenido que poner punto y final a la práctica de esta disciplina. Las lesiones y el querer dedicarle más tiempo a su familia han pesado a la hora de tomar "una decisión difícil y muy meditada, me ha costado mucho", dice. Tanto, que a veces "estoy descolocado, tengo mucho tiempo", indica, entre risas. Un tiempo que ahora le dedica a la familia, a su mujer e hijos, "que se han sacrificado mucho para que yo practicara kendo. Son muchas horas las que dediqué a este deporte, muchos viajes, torneos, seminarios, la verdad es que siempre me apoyaron", explica.

Fidalgo deja atrás una carrera llena de éxitos en la que ha vivido buenos y no tan buenos momentos. Además, a Fidalgo se le reconoce como uno de los pioneros, uno de los promotores de este deporte en Asturias. Y es que cuando él empezó a practicar kendo en la capital del Principado no existía esta disciplina, e incluso muchos no sabían qué era ni qué aportaba. "Todavía recuerdo cuando íbamos Avelino, Kike y yo a Bilbao a entrenar con el maestro Arregui y Olga Martín, los que siempre he considerado mis sensei. Salíamos el sábado de madrugada y volvíamos a última hora", indica Fidalgo. Así fueron los primeros años de enseñanza de un deporte que al propio Fidalgo le ha dado mucho y que ya forma parte de su vida.

El siguiente paso fue crear un club, el Kendo Astur, que poco después y debido a la demanda se dividió en dos: el Kendo Oviedo y el Kendo Gijón. Es en esta época cuando esta modalidad de arte marcial empieza a ganar visibilidad gracias a la labor de promoción que hacían los propios kendokas.

En estas dos décadas, a nivel de palmarés, Fidalgo ha sido tercero en el campeonato de España, además de cosechar varios títulos en torneos internacionales. El último, en Sestao, campeonato celebrado el año pasado. Pero quizás el mayor premio haya sido el abrir el camino e impulsar y promocionar el kendo en Asturias.

A día de hoy y aunque la información es mayor hay muchos que aún tienen muchas preguntas sobre este arte marcial. Una de ellas: ¿cuál es la base del kendo? Fidalgo responde abiertamente y asegura que es "un espíritu fuerte, ganas de superarse y, sobre todo, mucha constancia", señala.

Quizás, muchos también se pregunten para qué sirve el kendo. En este sentido, el maestro asturiano lo tiene claro: "Cultiva principios como el respeto a los demás, el espíritu de sacrifico, el aprender a superarte a ti mismo". Además y en particular, a Fidalgo le sirvió como método de rehabilitación tras un accidente de moto y varias operaciones. "La historia es un poco larga, pero para resumirla los médicos me daban por cojo y gracias a este deporte recuperé casi el 100% de la movilidad", indica.

Después de veinte años en el kendo, Fidalgo mira al futuro siendo consciente de que quizás no vuelva a practicarlo. Sus compañeros del Club Kendo Oviedo le pidieron que fuera a dar simplemente las clases, "pero sólo eso no va conmigo". En los últimos meses, el propio Fidalgo era consciente de que el final estaba cerca. Sabía que no podía alargar más la practica del kendo, así que empezó a preparar su retirada.

Además, en el club entrena Desirée Cascales, campeona de España y habitual en la selección española, que es quien lleva ahora las riendas del club. "Tiene un potencial extraordinario, pero además su capacidad de trabajo, sacrificio, sus ganas de aprender y mejorar se las he visto a muy pocas personas. Aún me emociono cuando la recuerdo entrando con su chándal por el dojo (sala) sin saber si quiera coger el shinai (sable)".

Ahora, a Fidalgo le quedan los recuerdos, los amigos y compañeros con los que compartía entrenamientos y torneos. Pero Fidalgo también deja un legado al alcance de muy pocos. Un legado en las artes marciales al que le ha dedicado media parte de su vida entre el karate, el kendo y el iaido. Y es que a este maestro ovetense siempre le han atraído las artes marciales. "Creo que hay pocas sensaciones más gratificantes que la de vencerse a uno mismo y las artes marciales te permiten realizarlo en cada entrenamiento", indica.

El kendo despide al único maestro 4.º dan, a Gerardo Fidalgo, un kendoka apasionado por todo lo que tiene que ver con las artes marciales. Incluso, simplemente hablando de ello.

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