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Siero, Noreña y Llanera

Las vacas se plantan en la Pola

Ganaderos y tratantes consideran que la huelga es su única salida, ante la bajada de los precios en el sector

Las vacas se plantan en la Polafranco torre

Pola de Siero,

Franco TORRE

«En reunión mantenida el día 13 de julio en el mercado de Pola de Siero, entre operadores comerciales y representantes de la Asociación Ganaderos Unidos, se ha acordado que los operadores no llevarán a cabo actividad comercial en el mercado del jueves, día 16, en solidaridad con la Asociación de Ganaderos Unidos». Con esta escueta nota, reproducida en diversos puntos del mercado de ganado de Pola de Siero, los tratantes informaban de su decisión de ir a la huelga, en la jornada de mañana, para solidarizarse con los ganaderos ante las precarias condiciones en las que se encuentran actualmente, ahogados por el bajo precio de mercado de la leche y el ganado.

A media mañana de ayer, una vez finalizado el grueso de la actividad, tratantes y ganaderos se reunían en medio de una plaza casi vacía para charlar. En medio del corrillo resaltaba la voz del antiguo ganadero César Rodiz, quien aprobaba la postura adoptada por los tratantes. «Lo que no puede ser es que un ternero cueste en el mercado sólo 20 euros. Es más caro inseminar a la vaca», argumentaba Rodiz, con la aprobación de sus contertulios.

Estas cifras a la baja vienen siendo denunciadas por los ganaderos desde hace varios meses. Tomando como muestra el mercado poleso, en las jornadas de ayer y del lunes pasaron por las instalaciones un total de 669 reses. En el ganado de abasto, destinado a matanza, las cotizaciones sufrieron recortes a la baja que afectaron a los terneros y a las vacas de categoría extra y primera. Por su parte, el ganado de vida experimentó un aumento de transacciones con respecto a la semana pasada, aunque esta mayor afluencia se circunscribió al ganado de aptitud cárnica, en detrimento de las razas lecheras.

A juicio de Rodiz, la progresiva devaluación de la carne y la leche, agravadas por la crisis, está llevando a los ganaderos a un callejón sin salida. «Para vivir ya no te vale con 10 vacas, ahora necesitas 50», señala Rodiz, «pero eso trae gastos que no todos pueden afrontar».

«Hay ganaderos que ni siquiera pueden pagar las deudas», continúa Rodiz, «lo que ha llevado a muchos a dejar esto y a buscar otro trabajo, pero, en estas circunstancias, ya no hay esa posibilidad».

Mientras en el centro de la plaza persistía el debate en torno a la huelga, el último de los ganaderos que tenía sus reses en el mercado se preparaba para volverlas a meter en el camión. Era José Luis Troule, quien cada semana trae sus vacas a Pola desde Cantabria. «Cada día lo veo más jodido, no sé qué vamos a hacer», señala Troule. El jueves, obviamente, se quedará en casa.

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