Proaza,

V. DÍAZ PEÑAS

El taller de empleo del concejo de Proaza, que recientemente fue clausurado de manera oficial, ha permitido la recuperación de veinte fuentes, abrevaderos y lavaderos a lo largo de todo el municipio. La actividad, que pretendía mejorar el grado de inserción laboral de sus participantes, sirvió para formar profesionalmente a ocho personas en la especialidad de albañilería.

Los alumnos también han recibido formación complementaria sobre informática, igualdad de oportunidades, prevención de riesgos y sensibilización medioambiental, entre otras materias, así como la instrucción necesaria para poder alcanzar el nivel de educación obligatorio. El taller de empleo, denominado «La piedra y el agua», buscaba, como explicaron fuentes del Ayuntamiento, incentivar y difundir el uso de prácticas ambientales sostenibles a traves del efecto demostrativo que supone la rehabilitación de infraestructuras públicas relacionadas con el agua y con los fines sociales.

El taller de empleo de Proaza ocupó durante los últimos meses a cuatro alumnos y a cuatro alumnas del concejo, todos ellos mayores de 25 años. La ejecución del proyecto ha sido posible gracias a la financiación del Principado de Asturias y del Fondo Social Europeo, que aportaron 171.000 euros, y al Ayuntamiento de Proaza, que sumó otros 50.000 euros.

El taller de empleo no solo ha posibilitado la formación de estas personas sino que también ha permitido la recuperación de lavaderos, abrevaderos y fuentes en los pueblos de Linares, Sograndio, Bandujo, Bustiello, Fabar, Serandi, Villamejín, San Martín, Murias, Caranga de Abajo, Caranga de Arriba, Proacina y Proaza.

La dirección del taller de empleo destacó que la idea de la actividad era aunar la recuperación del patrimonio etnográfico municipal con la capacitación de personas para que puedan formar parte del mercado laboral. Y es que uno de los objetivos centrales del taller no era otro que enseñar a los alumnos la especialidad de albañilería mediante la realización de obras de interés social y público para el concejo. Ahora Proaza ya tiene quien cuide de su patrimonio etnográfico.