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Un policía de Noreña y una maliayesa patentan una mejora de la seguridad vial

"Nuestro método llega más allá y es más efectivo que la norma de calidad europea", aseguran Raimundo García y Beatriz Delgado

Raimundo García Cuesta y Beatriz Delgado, ayer, en Noreña. FRANCO TORRE

El agente de la Policía Local de Noreña Raimundo García Cuesta, que preside la Asociación Española de Accidentología Vial (AEAV), y Beatriz Delgado, que dirige el centro de reconocimiento de conductores La Villa, en Villaviciosa, han patentado un método para mejorar las medidas de seguridad vial de empresas y entidades que cuenten con una flota de vehículos. El sistema ya ha sido testado por diversas empresas de varios sectores y por entidades como alguna agrupación de Cruz Roja, y ha sido asumido por la empresa certificadora alemana Dekra, una de las cinco más relevantes en materia de calidad y la primera en el ámbito de la movilidad, para gestionar la seguridad vial de sus clientes.

El método, denominado "Smart" por sus dos creadores, nació cuando Delgado y García Cuesta comprobaron las lagunas de la normativa de calidad europea ISO en materia de seguridad vial. "Era una norma muy esperada por profesionales y expertos. Pero cuando la vimos, nos dijimos: 'esto no es lo que esperábamos'. No cubría las necesidades, especialmente las de las empresas", explica Beatriz Delgado. "El problema es que es una norma muy rígida, un chequeo sobre lo que tienes y lo que no, y no profundiza para encontrar la raíz de los problemas", añade García Cuesta.

Ante esta situación, la maliayesa y el agente de Noreña comenzaron a desarrollar un sistema flexible que atendiese a las necesidades particulares de cada entidad. Tras dos años de trabajo, completaron y patentaron su método.

Para explicar el funcionamiento de "Smart", Delgado y García Cuesta ponen como ejemplo una empresa de mensajería, aunque aclaran que es válido para cualquier entidad que gestione una flota de vehículos, incluidos los ayuntamientos. "En el caso de esa hipotética empresa de mensajería, como en cualquier otro, lo primero sería hacer una revisión de sus sistemas seguridad vial", explica Delgado. Las condiciones de la flota, la formación de la plantilla, las rutas u horarios, el ámbito de actuación geográfico... El chequeo es completo.

Este primer análisis ya arrojará resultados, aunque será en el momento en el que las conclusiones de los investigadores se confronten a los de la empresa cuando se podrá profundizar en los problemas. "Eso es clave, ese diálogo. Porque ahí es cuando podemos hacer un diagnóstico fiel, cuando la empresa se da cuenta de sus problemas y podemos actuar", afirma Delgado.

García Cuesta profundiza en el ejemplo de la empresa de mensajería: "Supongamos que tienen una ruta nocturna, y que en ella se han disparado los niveles de siniestralidad. Obviamente, conducir de noche los incrementa mucho, pero se pueden tomar medidas para reducirlo: cambiar el horario, dar descansos previos a los empleados o integrar tecnología, entre otras", enumera.

La clave, en todo caso, es dotar a las empresas y las entidades de mecanismos para identificar los riesgos antes de que haya un accidente. "Esa es la finalidad del método. Exigimos mucho trabajo a las entidades, pero al final son capaces de reconocer los potenciales riesgos y con eso reducen la siniestralidad y, también, el gasto derivado de ella", concluye García Cuesta.

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