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Una parrillada con chorizos robados llevó a detener al "fugado de las tragaperras"

El arresto se precipitó para evitar la huida de A. G. R., a quien un amigo había escondido en Bárzana (Grado)

En primer término, la vivienda donde estaba oculto "el fugado de las tragaperras". S.ARIAS

Una parrillada con chorizos robados fue el paso en falso que dio el ya conocido como "fugado de las tragaperras" y que propició su detención. El equipo ROCA (Robos en el Campo) de la Guardia Civil de Grado consiguió detener el pasado lunes en Bárzana a A. G. R., el presunto delincuente acusado de robar en cuarenta bares de la comarca y que permanecía en busca y captura desde el pasado mes de enero, cuando huyó de los agentes tras ser sorprendido tomando el botín de una tragaperras, y que escapó por segunda vez, descalzo y esposado, tras declarar en el Juzgado el pasado 27 de febrero. El joven se encuentra en la cárcel de Asturias.

Los agentes de la Benemérita tenían controlado el entorno de A. G. R., de 23 años, de quien sospechan estuvo escondido en la villa hasta hace sólo tres semanas. Todo indica que, a finales del pasado mes de marzo, se trasladó a una vivienda propiedad de un amigo en Bárzana, un pueblo tranquilo de la zona de Salceo, con tan sólo tres habitantes. Los agentes supieron que se encontraba en el pueblo, aunque no pudieron documentar la presencia del joven en la casa, por lo que decidieron realizar vigilancias con agentes secretos.

Fue un seguimiento muy complejo, ya que A. G. R. permanecía siempre en el interior de la vivienda. De hecho, los habitantes de la zona señalan que siempre había movimiento en la casa por las noches y que se levantaban a mediodía. Salvo excepciones: "Un día lo vio una vecina del pueblo y habló con él sin saber quién era y ella dijo que él le contestó muy bien y muy agradable".

La intensa investigación y seguimiento vivió un giro inesperado el pasado jueves. El equipo ROCA investigaba el robo de 150 kilos de chorizos y morcillas de un secadero ubicado en Riviellas, propiedad de un carnicero local. Los guardias siguieron el rastro de los chorizos y llegaron hasta Bárzana el pasado fin de semana, donde realizaron algunas pesquisas. Y todo comenzaba a encajar. Entre otras cosas, conocieron que los jóvenes celebraron una parrillada el pasado viernes con los productos cárnicos en la casa donde estaba guarecido "el fugado de las tragaperras". Una fiesta a la que asistieron personas de su entorno: "Había muchos coches y mucho lío", matizan habitantes de la zona.

Para no levantar sospechas, tras investigar el robo de los chorizos entre el presunto delincuente y sus cómplices (su amigo será juzgado por encubrimiento), la Comandancia de Oviedo decidió dar el paso y atrapar a A. G. R. Así fue cómo los chorizos robados precipitaron su detención, el objetivo primordial de la Benemérita en lo que va de año, tras habérsele escapado a los agentes a las puertas del Juzgado y haber protagonizado una huida de película por la villa moscona.

El pasado lunes, a las once de la mañana, un coche de la secreta se apostó en el pueblo. Al poco tiempo llegaron tres patrullas y comenzó el dispositivo, que quienes lo vivieron relatan "como una película de Almodóvar". El arresto se produjo sin incidentes, salvo la infructuosa huída de la pareja de A. G. R., que pronto fue detenida por un agente.

Horas más tarde, mientras "el fugado de las tragaperras" declaraba en el Juzgado moscón, los agentes acudieron junto al carnicero a verificar que los chorizos y morcillas eran suyos. Efectivamente, era su producción, colgada de un pajar en Bárzana. La Guardia Civil sospecha que los mismos autores ya comentieron otros robos de comida (pitas, berzas, patatas) y de leña en la zona.

Así terminó la fuga del joven moscón, tras mantener a la Guardia Civil en jaque durante tres meses. Sin embargo, los agentes nunca cejaron en su empeño de detener al "fugado de las tragaperras", desarrollando un intenso y exhaustivo trabajo que por fin ha dado sus frutos.

A. G. R. se encuentra en Villabona a la espera del juicio, mientras que su compañero, F. V., está en libertad provisional tras haber pasado un mes en prisión después de ser detenido al llegar a casa en taxi el mismo día en el que fueron sorprendidos robando. Ambos están acusados como presuntos autores de un delito continuado de robo con fuerza en cuarenta locales de Grado, Pravia y Salas.

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