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Dentadura sin dueño en Candás

La Policía Local custodia desde septiembre un postizo bucal: fueron a por él, pero tras contar los dientes no era el buscado

La Policía Local de Candás mantiene entre sus objetos perdidos una dentadura postiza, que llegó en septiembre de 2016. La parte inferior se encuentra guardada en un sobre a buen recaudo y por el momento solo ha habido un intento fallido de una persona para poder recuperar la dentadura. "Desde que se encontró solo vino preguntando una persona", expresó un agente. Esa vecina en cuestión se acercó a la sede policial para interesarse por la dentadura encontrada en el parque Maestro Antuña de Candás. ¿La razón? Un pariente suyo la había perdido.

Tras una breve conversación con el agente que atendió a la mujer, llegó el momento de comprobar si la dentadura hallada era la buscada. No fue así. "Tras el recuento de dientes confirmó que no pertenecía a la persona que pensaba inicialmente", detalla el policía.

A los pocos días de haber sido encontrada, en el parque Maestro Antuña, los agentes preguntaron a los mayores que se suelen reunir en ese entorno para saber si podrían saber de su propietario. Su esfuerzo fue en vano, ya que nadie aseguraba ser el dueño de la dentadura. Fue entonces cuando la Policía Local decidió guardar el costoso objeto a buen recaudo, con el fin de que alguien se interesara por él en objetos perdidos. Hasta el momento, solo una persona lo solicitó y no le correspondía por cuestión del número de dientes. Con la de esta persona, son dos dentaduras que se sepa extraviadas en Candás.

La dentadura sigue custodiada en el despacho del jefe de la Policía Local, Jesús Palmeiro, en un sobre que reza "Dentadura postiza parte de abajo" junto al número de registro en objetos perdidos.

Según los datos que maneja la Policía Local de Carreño, un treinta por ciento de los hallazgos vuelven a manos de sus dueños. Todo apunta a que dado el tiempo transcurrido, la dentadura perdida el 29 de septiembre junto al parque anexo al Teatro Prendes formará parte de ese setenta por ciento que se queda sin dueño. Pese a todo, los agentes desean que el propietario dé señales de vida teniendo en cuenta el alto coste que deberá pagar por una nueva, ya que en la mayoría de los casos, el precio mínimo supera los trescientos euros.

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