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Los vecinos del casco urbano de la Pola celebran las multas a coches sin permiso

Un hostelero llegó a contabilizar cien vehículos en una hora por una calle peatonal

Vehículos aparcados en las plazas del casco antiguo de la Pola ayer por la mañana. MANUEL NOVAL MORO

La propuesta de instalar cámaras de control de entrada y salida de vehículos en el casco antiguo de la Pola, que multarán automáticamente a aquellos conductores que accedan sin permiso, ha sido bien recibida por los vecinos de la zona, que están viendo que, a pesar de que existen señales que limitan el acceso sólo a los residentes, la norma se incumple sistemáticamente. No hay más que estar un rato en las calles para ver que pasa un vehículo tras otro, o acercarse a las plazas en las que están aparcados todo el tiempo numerosos vehículos.

Tato Peña, vecino de la zona, había manifestado reiteradamente su preocupación por el paso constante de vehículos, que ponía en peligro sobre todo a los niños que juegan en las calles. A su juicio, "se podía haber solucionado con unas jardineras para evitar el paso en vez de hacer esa inversión de 80.000 euros, pero en cualquier caso, si nos quitan el problema, bienvenida sea la inversión".

Los incumplimientos más habituales son el acceso de vehículos para aparcar en las plazas y también el paso de otros muchos para evitar rodeos. En este sentido, el hostelero Marcos Casielles, presidente de la asociación San Antonio Los Pepitas, señala que ve "bajar muchas furgonetas de carga y descarga que no vienen a descargar al casco antiguo sino que utilizan estas calles para atajar". Él pudo hacer un recuento muy preciso en las últimas fiestas de San Antonio, cuando estaba colocando las banderas para adornar la calle. Asegura que en el lapso de una hora "pasaron cerca de cien coches". Tuvo tiempo a contarlos porque estaba atravesado en la calle y se tenía que apartar cada vez que pasaba uno.

El caso es que la mayoría de vehículos que pasaban no tenían ninguna justificación para hacerlo, unos porque no eran de residentes y, en el caso de la carga y descarga, porque no iban a descargar nada.

Asimismo, María José Sánchez señaló que existe otro problema, el del adoquinado. "Ya lo arreglaron dos veces porque cada poco se estropea, y los coches hacen mucho ruido al pasar", dijo. La razón está en que el piso fue colocado para su uso peatonal, sin el refuerzo para vehículos.

Por su parte, la hostelera Rosana García, de la sidrería Los Portales, está preocupada, especialmente, por la velocidad con que pasan los vehículos. "Sean residentes o no, debería controlarse mucho más la velocidad", dijo.

Además, se siente perjudicada por el hecho de que está pagando una terraza en zona peatonal pero, en la práctica, se convierte todo el tiempo en zona de paso de vehículos. "No me molestan los coches, pero lo justo es que, si solo está permitido a unos pocos, los demás no deberían pasar", concluyó.

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