La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Benín cala hondo en el corazón de Jano González

El sacerdote, natural de Lugones, se emociona al encontrarse con la miseria y el dolor que azotan a los más pobres de África

Hay viajes que quedan grabados a fuego en la memoria por las experiencias vividas y las personas que se cruzan en el camino. Y el sacerdote, natural de Lugones, Alejandro González, más conocido como Jano y canónigo de la Colegiata de Covadonga, no olvidará su reciente estancia en África. Aprovechando que tenía señal de internet, quiso hacer llegar a los suyos alguno de los emocionantes momentos vividos y compartir fotos. En este mensaje cuenta que el misionero de la diócesis de Barbastro, que está muy cerca de Gamia (Benín), les invitó a una fiesta en uno de estos pueblos y, tras la misa, les preparon iñam, "un puré muy espeso que se come con la mano, con tomate y pollo", explica. Agrega que, siguiendo el protocolo del lugar, primero comieron los sacerdotes, misioneros, religiosas y representantes de los pueblos. Después, fue el turno de hombres y mujeres, y, por último, el de los niños. "Yo comí poco porque sabía que lo que dejara en el plato lo comerían los niños", indicó el sacerdote de Lugones. "Pero vi a una chica que caminaba con dificultad, de unos 14 o 15 años, y tenía un bebé a su espalda. Sabía que tenía parálisis cerebral, por lo que intuí que era la encargada de cuidar a su hermano pequeño". Lamenta que allí, "los discapacitados, son los pobres entre los pobres". "Ya no pude aguantar más y me acerqué al árbol donde estaba apoyada y le pregunté si quería comer. Ella me mostró una mirada que jamás olvidaré. Vi su agradecimiento, pero me estaba preguntando que por qué se lo daba a ella si tenía que esperar a que los últimos comieran", prosigue su relato. "Insistí y ella estiró una mano con un pequeño cuenco de plástico, pues no se atrevió a comer de su plato".

"Volví al banco y lloré como un niño. El misionero de Barbastro, Rafa (Quirós), había visto toda la escena y me dijo: 'Jano, ¿te rompiste? No te preocupes y llora, saca todo lo que tienes dentro'". Fue más duro cuando su compañero, tras conversar con la muchacha, le contó al sacerdote de Siero que la chica fue violada y llevaba su bebé a la espalda. Pide comida de aldea en aldea para sacar adelante a su niña.

Compartir el artículo

stats