Hay viajes que quedan grabados a fuego en la memoria por las experiencias vividas y las personas que se cruzan en el camino. Y el sacerdote, natural de Lugones, Alejandro González, más conocido como Jano y canónigo de la Colegiata de Covadonga, no olvidará su reciente estancia en África. Aprovechando que tenía señal de internet, quiso hacer llegar a los suyos alguno de los emocionantes momentos vividos y compartir fotos. En este mensaje cuenta que el misionero de la diócesis de Barbastro, que está muy cerca de Gamia (Benín), les invitó a una fiesta en uno de estos pueblos y, tras la misa, les preparon iñam, "un puré muy espeso que se come con la mano, con tomate y pollo", explica. Agrega que, siguiendo el protocolo del lugar, primero comieron los sacerdotes, misioneros, religiosas y representantes de los pueblos. Después, fue el turno de hombres y mujeres, y, por último, el de los niños. "Yo comí poco porque sabía que lo que dejara en el plato lo comerían los niños", indicó el sacerdote de Lugones. "Pero vi a una chica que caminaba con dificultad, de unos 14 o 15 años, y tenía un bebé a su espalda. Sabía que tenía parálisis cerebral, por lo que intuí que era la encargada de cuidar a su hermano pequeño". Lamenta que allí, "los discapacitados, son los pobres entre los pobres". "Ya no pude aguantar más y me acerqué al árbol donde estaba apoyada y le pregunté si quería comer. Ella me mostró una mirada que jamás olvidaré. Vi su agradecimiento, pero me estaba preguntando que por qué se lo daba a ella si tenía que esperar a que los últimos comieran", prosigue su relato. "Insistí y ella estiró una mano con un pequeño cuenco de plástico, pues no se atrevió a comer de su plato".
"Volví al banco y lloré como un niño. El misionero de Barbastro, Rafa (Quirós), había visto toda la escena y me dijo: 'Jano, ¿te rompiste? No te preocupes y llora, saca todo lo que tienes dentro'". Fue más duro cuando su compañero, tras conversar con la muchacha, le contó al sacerdote de Siero que la chica fue violada y llevaba su bebé a la espalda. Pide comida de aldea en aldea para sacar adelante a su niña.