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La banda se hace oír en Noreña

"No hay nada igual", dicen los integrantes de la agrupación musical, que cumple tres décadas y un lustro desde su refundación

La banda de Noreña en 1899. R. A. I.

Hace ya 35 años que la música volvió a sonar en Noreña. Era 1984 cuando el concejal Francisco Junquera se lanzó a la aventura de recuperar la Banda de Música de la Villa Condal. Esta institución, que había surgido como agrupación municipal en 1891 y desapareció en 1955, volvió como entidad propia, independiente del Ayuntamiento local.

Ahora, tres décadas y un lustro después de su refundación, la banda es una de las instituciones de mayor arraigo en la localidad. Los vecinos acuden masivamente a sus conciertos y muchos se suman a la agrupación. "No hay nada igual, es incomparable", destacan los que ya pertenecen a ella.

Hay quien incluso lleva tocando en la banda durante la práctica totalidad de su historia. Es el caso de Verónica Cueto, que a sus cuarenta años lleva 29 ligada a la organización. "Empecé con once años. De aquella en Noreña solo había fútbol, un coro y la banda. Eran las opciones que había. Como venía mucha gente, me animé a probar, y aquí sigo", recuerda Cueto.

Para ella, es imposible no sentir cierta nostalgia al rememorar sus comienzos: "Tenía las manos tan pequeñinas que no me llegaban los dedos para tocar el clarinete. Mis padres me tuvieron que comprar un requinto, que es un poco más pequeño", relata.

Los zapatos y los bombos

Después de tantos años ligada a la banda, las anécdotas se acumulan en la memoria de Cueto. Pero si hay dos que siempre recordará son "la de los zapatos del director" y "la caída de los bombos camino al Corpus de Ribadesella": "La primera fue unas fiestas del Ecce Homo. El director llegó con dos zapatos totalmente distintos... Intentábamos aguantar la risa, pero era imposible. La otra fue de camino a Ribadesella, se nos abrió el maletero del autobús y oímos un ruido fuerte.... Eran los bombos y algún instrumento más rodando por la carretera. Por suerte quedó en nada".

Si Cueto es la que más tiempo lleva formando parte de la agrupación, Adolfo Álvarez es el miembro de edad más avanzada a sus 69 años. "Seguiré hasta que el cuerpo aguante", asegura el veterano saxofonista, que comenzó a tocar después de la jubilación.

"Llevaré en la banda unos ocho años, la música siempre me gustó, desde pequeño. Tocaba el acordeón en la Rondalla de La Felguera", explica Álvarez. Sin embargo, por incompatibilidad con estudios y trabajo, tuvo que dejarlo unos buenos años. "Siempre pensé en retomarlo cuando me jubilase", subraya, y añade que: "esto para mi vida es muy importante, un verdadero placer".

El de la banda no es el único aniversario . La bandina, cantera de la agrupación grande, fundada por el americano John Falcone en 1999, ya alcanza los 20 años de vida. "Empecé a tocar el piano a los 4 años, uno después pasé a la trompeta, porque en la bandina no había pianista", comenta Mara Moreno, la más joven a sus nueve años. Si algo tiene la bandina es que consigue despertar la vocación de la música en los padres. "Tengo una hija en la banda y un hijo en la bandina. Yo estoy en esta última tocando el oboe. Pensé: 'si ellos pueden hacerlo, yo también'", sentencia Regina Suárez.

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