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Uno de los retos del área metropolitana

Siero exige ampliar los servicios de tren y de autobús: "Dependemos del coche"

A día de hoy, los vecinos consideran "imposible" realizar sus trayectos cotidianos en los transportes públicos, como pretende el Principado

Un autobús en Lugones. M. N. M.

Imposible. Así ven los sierenses la opción de prescindir del coche para sus desplazamientos internos en el concejo o para moverse a las grandes ciudades cercanas. Los vecinos consideran que el servicio de transporte público del municipio "deja mucho que desear", tanto en número de líneas como en frecuencias y en calidad del equipamiento; una serie de características que les llevan a ver como una "utopía" los planes del Principado, que para 2030 pretende reducir en más de un 15 por ciento el uso del vehículo privado para desplazamientos en la futura área metropolitana del centro de Asturias.

Las necesidades en el transporte público de Siero van por zonas. En el extremo occidental del municipio, los vecinos coinciden en que su área de influencia natural es Oviedo y no la Pola. Por ello demandan más y mejores conexiones con la capital del Principado. Otro de los grandes caballos de batalla de la zona oeste es disponer de una línea al centro comercial de Paredes: "Aunque el mayor centro de ocio del Principado se encuentra en territorio sierense, es inaccesible para sus vecinos".

Los primeros en sumarse a estas peticiones son los de La Fresneda. La urbanización, que ya cuenta con unos 5.000 residentes, quiere que se amplíe la línea que cubre el trayecto de Oviedo (facultades) a Lugones. "Estamos a poco más de un kilómetro y medio de Lugones, consideramos que no sería un gran problema. Además, creemos que también sería interesante para los vecinos de Oviedo porque tendrían mejor acceso a nuestro centro comercial", destaca Óscar Llamas, presidente de la asociación de vecinos.

Además, la entidad vecinal también señala los numerosos retrasos y el mal estado en el que se encuentran los autobuses de la empresa que presta este servicio, a la que el Principado pretende rescindir el contrato de concesión. "Prestan un servicio muy deficiente. Y, de hecho, la gente no lo usa porque no es fiable", enfatiza Llamas, quien asume con resignación su condena a utilizar el coche: "El que viene a vivir a La Fresneda ya sabe que va a tener que depender siempre de su vehículo".

El otro punto con el que quieren mejorar conexión vía bus en La Fresneda es el centro comercial de Paredes; una demanda a la que se suman con fervor en Lugones y en Viella. "No tiene sentido que Lugones no tenga conexión con el área de ocio", sentencian en la plataforma cívica "Lugones en Pie", cuyos miembros piden por todos los medios recuperar una línea que sí funcionó en los primeros años de apertura del área comercial: "Ahora sólo podemos ir caminando o en bus desde La Corredoria (Oviedo)", se quejan.

En Viella, también muy cerca del centro comercial, piden asimismo una línea que pase por allí, además de una mayor frecuencia y más rigor en el servicio que cubre la Pola-Oviedo y que pasa por la parroquia. "Hay veces que el bus llegar tarde y otras en las que ni llega. ¿Quién en su sano juicio va a fiar a este servicio el ir a trabajar? Es un riesgo" , clama Sonia Lago, de la asociación de vecinos.

Además de al centro comercial, en Lugones también piden conexiones con los polígonos de la zona. "Muchos vecinos trabajan en zonas industriales en un radio de cinco kilómetros de la localidad y tienen que efectuar estos trayectos en coche", señalan también en "Lugones en pie", con respecto a una opción que ayudaría a reducir la polución.

En el resto del concejo las peticiones son muy parecidas, aunque con el tren, con un funcionamiento calificado de "penoso", como protagonista. En cuanto a las líneas de autobús, se pide su revisión y modernización: en horarios, frecuencias y en la comodidad de los propios vehículos.

"Lo del tren es un dolor. Ni los del lejano Oeste funcionaban así de mal", critica con cierta dosis de humor Enrique Meoro, presidente de la asociación polesa "Amigos del Roble". Además de la escasa confianza que le ofrece el servicio ferroviario, asegura que en la Pola también necesitan una revisión de horarios: "Llevan 30 años sin tocar nada".

La misma radiografía hace Celso Roces. Más allá de la carencia de servicio de tren por las obras en el túnel de Carbayín, en la parroquia ven poco fiable el servicio ferroviario, y escaso el de buses. "Ahora mismo no me puedo plantear no ir en coche a trabajar", reconoce el vecino, en una frase que, visto lo visto, podría ser firmada por cualquier sierense.

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