La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Contraste" regresa a las tablas

El veterano grupo de teatro maliayés ultima los ensayos de "Una pareja", su nuevo montaje, que estrenará en Villaviciosa en mayo

Pablo Álvarez, Víctor Berros, Ana Celia Álvarez y Myriam Fernández, ensayando. R. M. M.

"Teatro Contraste" está a punto de alumbrar su nuevo proyecto escénico, "Una pareja ¿Qué es mío y qué es tuyo?". Es una adaptación y actualización del texto del argentino Eduardo Rovner, que también firmó su anterior montaje, "Cuarteto". Ha sido un embarazo largo, de 15 meses de ensayo, para que nada quede a la improvisación, explica su director, José Luis Campa, que ha tenido el apoyo de Carmen Sandoval, como ayudante de dirección.

Se encuentran inmersos en los últimos ensayos generales antes de subirse al escenario en los encuentros teatrales de Vegadeo en un par de semanas. También están convocados al festival de la Granja de San Ildefonso (Segovia) y a la semana de Cangas de Narcea. Pero donde quieren que sea un estreno por todo lo alto es en su casa, en Villaviciosa. Aquí presentarán su nuevo montaje el 10 y 11 de mayo.

Campa explica que se trata de una obra "muy amena", pues también lo es su melodía y ritmo, gracias a que intercala drama con humor y diversión. Pablo Álvarez y Myriam Fernández encarnan a Carlos e Irene, que representan el deterioro que sufren las relaciones de pareja cuando con el paso de los años van renunciando a sus ilusiones, anhelos y sueños de juventud. Este matrimonio de mediana edad sufre la rutina y la frustración de sus proyectos personales. Carlos es ingeniero y trabaja como empleado en una empresa constructora, lo que no lo satisface profesionalmente. Irene se dedica a las tareas de la casa y a cuidar de su hijo, lo que le ha llevado a apartar su carrera profesional y amor por la pintura. El hastío que siente la motiva a querer revertir la situación. La inconformidad de ambos provoca que discutan por cualquier motivos.

Entran en escena una pareja de amigos, Víctor y Nora, a los que dan vida Víctor Berros y Ana Celia Álvarez, que aparentemente son más felices, aunque el trasfondo sea igual o peor. Su visita produce la eclosión de la situación crítica que estos personajes estaban padeciendo.

Estos momentos de crisis se intercalan con recuerdos del pasado, momentos de juventud, así como sus proyectos y sueños de antaño. Regresan a los años 80, cuando eran unos quinceañeros, evocando situaciones divertidas, sobre todo, en la evocación de los guateques y fiestas en la discoteca de la época. "Juega con las emociones de los espectadores, pues se pasa de un momento tenso al recuerdo de otra época, que tiene cierta gracia", explica Campa.

La obra muestra el fracaso de los mandatos sociales y la infelicidad que esto produce.

Compartir el artículo

stats