Claudia de Benito es, a sus 18 años, la nueva reina de las fiestas de la Pola, y se lo toma con una ilusión enorme, porque, al menos en su caso, no se trata de un honor superficial sino una especie de premio a su fidelidad a las fiestas polesas, que sigue con entusiasmo desde que era una niña, alentada por sus padres. "En mi familia somos mucho de tradiciones, las fiestas significan mucho para nosotros", señala.
Y es que no hay fiesta polesa que no sigan con entusiasmo. "En Güevos Pintos siempre me vestí, toda la vida, desde que tenía seis meses; también iba a comadrar con mis amigas, aunque ya no era tan niña cuando empecé; y el Carmín para mí es espectacular, voy desde hace mucho tiempo; primero iba a merendar con mi madre y después empecé a ir con mis amiga, y todos los años nos hacemos camisetas; subimos siempre con las charangas, bailando".
Y tampoco falla el martes de la Danza Prima, un baile al que acude desde que era una niña. "Tengo el recuerdo desde que era muy pequeña; ahora, por suerte, va mucha gente joven", dice.
Pero no se queda ahí la cosa. Todos los años hacía con una amiga les capillines de San Juan, una tradición muy polesa que ellas seguían incluso cuando estaba de capa caída.
Su apego a las fiestas de la Pola, que empezó pronto, tuvo un hito cuando contaba diez años. Se convirtió en la reinina de las fiestas, y asegura que se lo pasó en grande. Y aunque entonces lo vivió con mucha ilusión, ahora lo ve "con más emoción", cree que lo va a disfrutar más porque en aquellos años de su infancia era más inconsciente y ahora sabe lo que hace.
Su fiesta favorita es desde siempre El Carmín, pero cree que para ejercer de reina es mejor la de los Güevos Pintos. Fue la que más le gustó cuando fue reinina, y espera con ilusión momentos como la bendición de los güevos o el desfile de carrozas.
En su familia no se pierden una. Por ejemplo, conservan todos los matasellos conmemorativos que promueve cada año el grupo folclórico y de investigación El Ventolín. Es difícil que haya una tradición asentada y que su familia no la siga.
No es de extrañar, entonces, que afronte su reinado con tanto entusiasmo. Claudia de Benito tiene mucho apego también a la Asociación Sierense de Amigos de la Música, donde tocó el clarinete durante años, y con quien ahora colabora siempre que se lo piden, y también se subió al escenario para representar obras teatrales. Ahora, lo ha dejado todo para dedicarse sin descanso a la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones. Y a las fiestas de la Pola, por supuesto.
