Francisco Donate, más conocido como Paco, es el expárroco de Pravia, villa a la que volverá el próximo viernes para dar lectura al pregón de Semana Santa, en el auditorio "José Barrera" a las 20.15 horas. Un anuncio de los actos de Pasión que le ilusiona por la oportunidad de volver a ver a las gentes de la que fuera su parroquia y por formar parte de nuevo de la Semana Santa praviana, que celebró durante diez años.
- Ya tiene escrito el pregón, ¿qué puede adelantar?
-Más que nada es mi vivencia en los diez años que pasé en Pravia de la Semana Santa. No cabe duda de que lo que la distingue de todas las demás es el canto del Miserere, que es el único sitio donde se hace en Asturias. En 2008 cumplió cien años y me tocó celebrar el centenario. Y qué duda cabe, la Colegiata, que impresiona a cualquiera. También el silencio en las procesiones, no sepulcral porque es imposible, pero muy respetuoso. Es importante participar en silencio porque son momentos de introspección.
- ¿Qué recuerdos guarda de su período en Pravia?
-Tengo muchos recuerdos de esa etapa, pero recuerdo con especial cariño a las monjas del Valle porque compartí con ellas muchos momentos durante bastantes años. Además, en el último tiempo pasé mucho tiempo con ellas, iba allí a comer todos los días.
- ¿Cómo debe un cristiano afrontar el período de Pasión?
-La Semana Santa es la vivencia de los últimos momentos de la vida de Cristo, su Pasión, muerte y resurrección. Muchas veces la celebramos, pero no la vivimos, y la Semana Santa implica una reflexión y meterse en todo ello. Los que van lo hacen porque la sienten y la viven, pero el resto ve las procesiones pasar como podían ver una manifestación pública de otro tipo. Pero el que va llevando las andas y los que participan en ella deben reflexionar, y creo que lo hacen. La Pasión lo es todo para el cristianismo. Cristo sufre por ti y por mí, muere y resucita, lo que nos da esperanza en la vida.
- ¿Participará en los actos de la Semana Santa praviana?
-No, no voy a estar.
- ¿Leer el pregón le ilusiona?
-Pues sí, tengo ganas, es una experiencia nueva, nunca hice un pregón ni de Semana Santa ni festivo porque normalmente los curas estamos trabajando continuamente.
- ¿Qué opina de la reciente creación de la cofradía del Santo Entierro en Pravia?
-Me parece muy bien siempre y cuando no se quede en lo superficial. Es algo que digo en el pregón, que haya gentes que se animen es muy importante porque es muestra de que una parroquia está viva. La cofradía desocupa mucho a los curas y supone trabajar todo el año, no sólo en Semana Santa, desde buscar quién lleve las andas procesionales a los capuchones, todo lo referente a la organización de los pasos. Y, también la atención a los pobres, la preparación religiosa. Una cofradía es mucho más que la Semana Santa, todo el año trabajan y viven su cristianismo. Animo al Ayuntamiento, al párroco y a todos los creyentes de Pravia a dar su vida en la cofradía, creo que es importante.
- ¿Qué retos afronta la Pasión praviana?
-Estoy preocupado por el futuro de la procesión de los Santinos de Miércoles Santo y la salida de La Dolorosa de la capilla del Busto para la procesión del Encuentro de Viernes Santo porque la capilla es propiedad de la reciente fallecida marquesa de Casa Valdés.
- El Papa Francisco ha publicado una exhortación apostólica dirigida a los jóvenes. ¿Qué desconecta a la juventud de la Iglesia?
-No la he leído, pero vi algo por encima y nos dice que Dios sigue viviendo y estando presente. Sin duda alguna es uno de los problemas de la Iglesia. ¿La solución? No la encuentro, y si la hubiese ya estaría en marcha. Creo que la mayoría se desconectan de la parroquia y de la vida religiosa y también porque parece que la Iglesia está en situación de mantenimiento, tenemos que salir de ahí para encontrarnos con los jóvenes.
- ¿Cree que el Papa Francisco rema en esa dirección?
-Sí, y creo que es importante encontrar un referente dentro de la Iglesia o de un grupo en el que poder desarrollarse. Si tienes algo que te conecte otra vez, una persona o un grupo, puede que vuelvan a interesarse poco a poco y cada vez más hasta decir: "yo voy con ellos". Vivir la fe en soledad es muy difícil porque el acompañamiento de la parroquia es grande.
- Lleva jubilado algo más de un año, pero colabora en una parroquia en Gijón. ¿Cómo es ahora su vida?
-La jubilación me sentó bien, me encuentro muy a gusto, más relajado y tranquilo. Los últimos momentos estaba agotado y creo que fue el momento idóneo de dar el paso. Ahora estoy ayudando en la parroquia de Pumarín, voy todos los viernes por la tarde, los domingos doy la misa de las diez de la mañana y una vez al mes para la Adoración Nocturna, que se hace con una charla previa en la que, por ejemplo, esta semana hablé de la conversión, no del que se va sino del que sigue y vuelve al camino.
