El Principado ha dado un impulso al plan para desarrollar el Centro de Experimentación e Innovación Tecnológica para el Medio Rural, en Peón, Villaviciosa. El Boletín Oficial del Principado (Bopa) publicó ayer el convenio de colaboración suscrito entre entre la Administración autonómica, el Ayuntamiento y La Fundación Centro Tecnológico de la Información y la Comunicación (CTIC). Se da así un paso definitivo para poner en marcha un proyecto del que se habló y mucho ya a mediados del año pasado y al que se definió como el “Laboratorio pra la aldea 4.0” o como el lugar en el que se diseñará “el medio rural del futuro”.

La localización para llevarlo a cabo es la finca El Poreñu, que pertenecía a la Fundación Ramón Álvarez de Arriba y que en su momento, en concreto, en 2019, fue donada a CTIC bajo el compromiso de que en ella se desarrollarían proyectos relacionados con los objetivos “de avance y de progreso” que persiguió en vida su propietario y fundador.

La finca tiene un total de 17.000 metros cuadrados y dentro de los terrenos se albergan dos construcciones. Una de ellas es una escuela rural, que seguirá funcionando como tal y quedará integrada en el complejo más amplio cuyo desarrollo se impulsará a partir de ahora y que se beneficiará de las mejoras del entorno y también de los avances de acceso a la tecnología de los que se dotará al lugar.

El otro inmueble, denominado antiguo edificio de artesanía, es el que se transformará en el Centro de Experimentación e Innovación Tecnológica. En sus muros, una vez arranque la iniciativa, se acogerán proyectos e investigaciones relacionadas con la analítica de datos y la inteligencia artificial, pero aplicada al servicio de las explotaciones forestales, el control de la trazabilidad de productos ecológicos, la gestión de bosques a través de sistemas de implantanción de sensores sensorización e incluso programas para la monitorización y seguimiento de animales.

El proyecto investigador y de aplicación de nuevos sistemas de gestión y desarrollo del medio rural no pretende ser un ente aislado en el territorio en el que se implanta. Así, los responsables de la iniciativa pretenden que esta involucre a todos los habitantes del valle, “que serán protagonistas y piezas claves, pudiendo participar en los proyectos que se vayan desarrollando ligados a la actividad y las inquietudes de la zona”, explica el CTIC en la documentación que hace referencia a la idea y a su planificación.

“Aldeas del siglo XXI”

“Este centro de experimentación e innovación, además, se concibe como un proyecto comunitario que integre a residentes, instituciones y empresas, haciendo así de esta iniciativa un gran ecosistema de lo que debieran ser las aldeas del siglo XXI, ‘aldeas pensadas’, donde se unan actividades tradicionales con otras innovadoras, tradición y tecnología, experiencia e innovación”, explicita dicha documentación.

Los impulsores de la iniciativa persiguen que este pueda ser un modelo de trabajo que pueda ser trasladado a otros puntos de España para contribuir también al objetivo de revitalizar localidades con pocos habitantes. Un proyecto que combine innovación y tecnología al servicio del desarrollo rural, sostienen, es el instrumento para lograrlo.