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Elvira Obaya, la reina de las pumaradas

“Hay que consumir sidra con denominación para que todo quede en casa”, reclama la mejor cosechera de manzana del año

Elvira Obaya, con varias manzanas de sidra en la mano. | O. P.

Dicen que “la mujer y la manzana, mejor si ye asturiana". Y si es una mujer asturiana la que cosecha manzana, se cierra el círculo. Hace veinticinco años, Elvira Obaya no sabía nada sobre manzanas, ni sobre los cuidados de un pumar. Hoy es la mejor cosechera del año, según el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias. Empezó en ese mundo al heredar unos terrenos que tenía su padre en Lugás, que por aquel entonces sólo tenían tres o cuatro árboles para los que nadie miraba. “No sabíamos qué hacer con los praos, y de aquella se estaba promocionando mucho el tema de la manzana, el Principado daba ayudas para plantar pumares, y nos pareció buena idea para sacarle partido a aquellos terrenos”, señala. Y un cuarto de siglo después, aquellos praos con los que no sabían qué hacer conforman una pumarada de una hectárea con más de quinientos árboles de una docena de variedades.

Lo que vino después fueron muchos cursos para adquirir los conocimientos necesarios, incluso su marido, Juan Rodiz, encargado de la parte más técnica, se especializó en poda y demás cuidados. Y fueron fructíferos, pues Obaya llegó a ocupar cargos tanto en la cooperativa Campoastur, como en el Consejo Regulador durante varios años. Por las manos del matrimonio han pasado toneladas y toneladas de Xuanina, Verdialona, Collaos, Raxiao, Ernestina o Solarina, entre las variedades que cosechan, y que se traducen en sidra natural asturiana en el llagar Muñiz.

Sector “duro”

La cosechera afirma que es un sector “duro” porque “tienes muchos factores en contra: la fauna silvestre que te puede acabar con la cosecha, los temporales, que contra eso no hay nada que hacer, y también que a la hora de la recogida, cada vez es más difícil encontrar personal cualificado”.

Obaya, que fue una de las mujeres pioneras en estar al mando de una plantación de un sector tan tradicional como es el de la sidra, afirma que, actualmente, el papel de la mujer en este ámbito está muy en auge. “Por ejemplo, en la cooperativa somos casi todo mujeres, porque los terrenos suelen estar a nombre nuestro, por cuestiones burocráticas”, aunque lamenta que “no se valore lo suficiente nuestra labor”.

Con respecto a la “cosechona” que está por venir este otoño, la preocupación de Obaya es la de todo el sector: “El problema es la sidra que no se vendió por la crisis sanitaria. Nosotros no tenemos problema porque formamos parte de una cooperativa y en ese sentido tenemos la venta asegurada, pero los cosecheros independientes lo van a pasar muy mal”, apunta.

Dedicación

Tras veinticinco años pasando muchas horas observando y cuidando sus pumares, y otras cuantas mirando por el bien del sector, Elvira Obaya ha recibido este año el galardón por sus años de trabajo y dedicación a la “fruta prohibida”.

La cosechera confiesa estar “muy ilusionada” con la distinción: “Está bien que te reconozcan algo por lo que trabajaste tantos años”.

Obaya anima a los asturianos a consumir sidra Denominación de Origen Protegida (DOP), para ayudar a un sector muy nuestro, que está siendo muy golpeado por la crisis sanitaria y para que “todo quede en casa”.

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