Las mujeres rurales de Carreño tienen un día señalado en rojo en el calendario. Este año, incluso aún más señalado, porque tras no haberse podido reunir en 2020 para celebrar el Día de la Mujer Rural por las restricciones de la pandemia, ayer sábado pudieron retomar la comida anual de celebración y hermandad, en la que se juntaron casi 70 socias de todas las parroquias del concejo. En la reunión disfrutaron de una jornada de anécdotas, reivindicaciones y, sobre todo, de un momento para seguir reforzando vínculos. Los lazos que las unen se comenzaron a tejer hace nada menos que 20 años. Y esa efeméride, las dos décadas de unión y convivencia en la “Asociación de Mujeres Rurales Nosotras”, es también lo que se celebraba en la comida que tuvo lugar ayer, en el Hotel Piedra, en Perlora.
Las socias más madrugadoras empezaron a llegar al salón sobre las doce del mediodía, coincidiendo con la actuación programada por el Ayuntamiento de Carreño como bienvenida, que corrió a cargo de Eva Tejedor y Les Pandereteres. El recital fue el punto de partida de una jornada en la que, además de llevarse a cabo la tradicional comida de hermandad, también se repartieron los obsequios anuales correspondientes al Día de la socia, que luego tuvo su broche de oro en Candás, en el Teatro Prendes, con la proyección de la película “Calamity”.
Recuperar el tiempo
Un día intenso de actividades para recuperar el tiempo perdido y las ganas de reencontrarse. Y es que esta asociación presidida por Josefina Vega –precisamente elegida con el Premio a la Mujer Rural en 2019– no ha perdido ni un ápice de fuerza y vitalidad. Vega, junto a la directiva, sigue llevando su día a día. “Hacemos 20 años y estábamos hasta un poco nerviosas. Mirábamos atrás y pensábamos cómo pasaron tan rápido. Somos prácticamente las mismas que empezamos y luchamos. Somos de diferentes parroquias, tenemos diferentes criterios... Todo eso enriquece al medio rural”, apunta. +
El clima durante toda la jornada fue de compañerismo, de amistad y también de emoción por poder vivir una nueva jornada en la que ya se permitía juntarse y compartir risas y momentos, como explica Vega: “Es un orgullo que estemos aquí tantas personas y podamos escuchar las demandas de las socias, intercambiar opiniones y tener la oportunidad de expresarse... Ese orgullo de compartir anécdotas solo lo brinda un día así. Es un día de mucha ilusión. La participación es lo que es de agradecer, porque da empuje para seguir organizando actividades”.
La pandemia ha puesto en valor el medio rural, que siempre han defendido y por el que siempre se ha bregado desde esta asociación: “Tenemos que seguir luchando y apostando por la vida en el medio rural porque de otro modo los pueblos se quedan vacíos y ahí es cuando sí es difícil ya pelear. Cada día parece que se visibiliza más el medio rural. En pandemia todo el mundo lo valoró como solución para salir a pasear y a respirar. El valor del medio rural nos lo tenemos que creer nosotras primero. Si no nos lo creemos nosotras, difícilmente se lo vamos a poder transmitir a los jóvenes”, incide Josefina Vega.
Ella insiste en hacer llegar ese mensaje a los más jóvenes. “Tenemos una oportunidad de tener más información para poder transmitir a las nuevas generaciones. Y eso es una asignatura pendiente. Los jóvenes pueden retomar el medio rural y vivir de cosas que no solamente sean agricultura y ganadería”, destaca.
Este día especial de ayer estuvo precedido de una serie de actos que arrancaron el jueves y que se prolongan también hasta hoy, domingo, y mañana, lunes, acercando la cultura a las parroquias del concejo, algo que se agradece desde la asociación: “Es muy bonito que traigan estas actividades a los pueblos. Al hacerlas en el medio rural las mujeres se sienten más fortalecidas, más valoradas, porque estás en tu casa. Que todas estas actividades se hagan en el medio rural es un orgullo muy grande”.
