La revista de la Semana Santa de Candás desvela la Pasión en cinco monasterios de clausura

Escribe la abadesa del monasterio de las Clarisas de Villaviciosa que tras los vetustos muros de un monasterio se esconden "historias humanas y divinas, rebosantes de vida y de belleza. Ocultas, pero no sepultadas", aunque en la mayoría de las ocasiones desconocidas para quienes pasan por delante de ellos sin preguntarse si quiera lo que albergan en su interior. La revista de la Semana Santa de Candás abre este año, a través de sus páginas, una pequeña ventana para mostrar cómo viven sus moradores esta festividad lejos de las procesiones y las grandes representaciones religiosas.

La publicación se adentra en cinco monasterios de clausura: Santa María de El Paular (Madrid), Purísima Concepción (Villaviciosa), Santísima Madre del Carmen (Oviedo), Santa María de Sobrado ( La Coruña) y San Pelayo (Oviedo). En todos ellos, la celebración se vive de distinta manera, pero, como destaca en la introducción la abadesa del monasterio navarro de Tulebras, Pilar Germán, hay algo que no cambia: la liturgia. "Ella marca el ritmo de los días, nos introduce en los distintos misterios de la vida de Cristo que celebramos y es fuente de oración y adoración", explica.

La Semana Santa en los tres monasterios asturianos que aparecen en la revista es bien diferente. Como indica la abadesa del monasterio de Villaviciosa, "la Semana Santa es participar de alguna forma de todas las manifestaciones que la religiosidad popular tiene para acompañar a Jesús Nazareno". En su caso, lo hacen desde la oración, el ayuno, la penitencia y la limosna. "Armas de combate", indica María Luisa Picado, con las que acompañan desde su hogar a los feligreses que bajo la dirección de las cofradías "ayudan al pueblo de Dios a caminar tras el Nazareno que pasa por nuestras calles y plazas". Además, durante el triduo sacro "la iglesia de nuestro monasterio se llena hasta rebosar, participando los fieles en la liturgia que las hermanas cuidadosamente preparan", señala.

En Nuestra Santísima Madre del Carmen de Oviedo el lunes, el martes y el miércoles son días prácticamente normales, mientras que el jueves es una jornada llena de celebraciones. "Petición de perdón en Tercia, Lavatorio en Sexta, la comida festiva y, por la tarde, la celebración de la Cena del Señor", explica la hermana Teresa Montoto. El viernes y el sábado tienen solamente liturgia. Son, dice, "dos días para contemplar y sumergirnos en el amor gratuito de Dios, que nos lleva a vivir la solemne Vigilia Pascual con gozo y alegría infinitas".

En el otro cenobio ovetense, el de San Pelayo, la comunidad vive los días previos con "mayor silencio y hondura espiritual". El domingo de Ramos inician su acompañamiento a Jesús hasta la Vigilia Pascual, "que no es fácil de contar, pero sí se puede compartir". "Es asombro, alegría, experiencia. Es el vuelco de estar sola a volver al amor. De llorar a reír, de saber que un acontecimiento tan grande ha sucedido en tu vida y para ti. Jesús, a quien amas, ha vuelto", describe sor Carmen Moreno.

En el monasterio madrileño de Santa María de El Paular la celebración es mucho más abierta, con procesiones y conciertos. Además, reciben huéspedes durante el triduo pascual. Al igual que en Santa María de Sobrado (La Coruña), donde celebran la liturgia en el oratorio acompañadas de unas cuarenta personas, "así como de todos los creyentes y no creyentes que se acercan esos días", señala el padre Carlos Gutiérrez.

La revista, impulsada por la periodista María Teresa Álvarez y que ya ha agotado una primera edición, también incluye textos del párroco de la iglesia de Candás, José Manuel García; la Hermana Mayor de la Cofradía Virgen del Rosario, María Obdulia Fernández, y el Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, Arturo Llamazares.

El pregón íntegro del año pasado, ofrecido por Amelia Valcárcel; el relato ganador del concurso convocado por la Cofradía Virgen del Rosario; el recuerdo a los pregoneros fallecidos y la programación de la Semana Santa de este año completan la publicación, que termina con la letra de la Salve Marinera.