¿Qué va a pasar con la ubicación del Xiringüelu 2024?: novedades en la tradicional romería

"Siempre hay cierto miedo sobre la ubicación de la fiesta y este año tardamos algo más en cerrarla", destaca el presidente de la cofradía

La fiesta del Xiringüelu, el año pasado.

La fiesta del Xiringüelu, el año pasado. / X. Fernández

La Cofradía del Xiringüelu cerró esta semana el acuerdo para el alquiler del prau Salcedo (Pravia) después más de tres meses de duras negociaciones con los propietarios de la finca donde desde hace más de una década se celebra una de las fiestas más multitudinarias de Asturias. El Xiringüelu de 2024, por tanto, está asegurado en el lugar predilecto de los últimos años. "Siempre está uno con cierto miedo por si no lo logramos cerrar y este año tardamos un poco más, lo que provocó muchos rumores en todo el Bajo Nalón", señala Adolfo Marcos, presidente de la cofradía, que insiste en que las negociaciones han sido un trabajo "en equipo con todos los compañeros".

Marcos hace referencia a que durante semanas se especuló en la comarca sobre la posibilidad de que la ubicación no fuera esta y al hecho de que había mucha gente pendiente de conocer novedades sobre la tradicional fiesta que se celebra siempre el primer domingo de agosto. "Hubo muchísimos rumores de que la fiesta se celebraría en Forcinas, que se expandieron como la pólvora", asegura el presidente de la cofradía. El boca a boca fue creciendo tanto que incluso muchos vecinos fueron al Ayuntamiento de Pravia a preguntar por las gestiones.

Finalmente, la cofradía, que se encarga de organizar la fiesta, cerró la negociación esta semana, para alivio de los romeros. El Xiringüelu congregó el año pasado a unas 40.000 personas, entre peñistas tradicionales, que son los que tienen caseta propia, y los romeros que acuden por su cuenta, a la zona libre.

Esencia de la celebración

La cofradía, desde hace varios años, optó por separar la fiesta en dos partes diferenciadas para poder mantener la esencia del Xiringüelu en la parte de las casetas.

Para la gran romería los peñistas construyen 146 casetas, situadas siempre en el mismo sitio. La edificación empieza la misma semana de la fiesta.

La cofradía se ocupa de todas las gestiones, con la colaboración del Ayuntamiento, y también de los gastos, que en parte se sufragan con las entradas que pagan los asistentes –no peñistas– y que cuestan entre 4 y 6 euros. Solo la limpieza del prau asciende a los 18.000 euros.