Villalba (Madrid),

Julio VIVAS

Ni ellos se lo esperaban. A pesar de los temores a posibles hostilidades a la entrada de los mineros en la Comunidad de Madrid, fue, sin embargo, de las más acogedoras que han experimentado desde que arrancaron en Mieres hace ya 18 días. Unas 2.500 personas acudieron al encuentro de los mineros entre vítores de «¡Madrid entera se siente minera!» que arrancaron las lagrimas a más de uno.

El recibimiento se produjo en el Alto del León, en el puerto de Guadarrama. Previamente, los mineros habían accedido a la Comunidad de Madrid a través del túnel de Guadarrama de la AP-6, que fue habilitado únicamente para la marcha minera, desviando el resto del tráfico por un túnel auxiliar. En el Alto del León, junto a las personas que acudieron a su encuentro, t hubo música de gaita y tambor y, como no, sidra a esgaya.

Toda una sorpresa maquinada por el ovetense Chimo García, propietario de una sidrería en Guadarrama, así como por el grupo de gaitas «Cuélebre» de Parla y otros músicos de los centros asturianos de Tres Cantos y Alcobendas. Sesenta botellas de sidra y unos 150 bollos preñaos que convirtieron momentáneamente el Alto del León en una fiesta de prau donde no faltaba un detalle. Momentáneamente, porque los mineros solo pararon poco más de media hora, ya que aún les quedaban unos cuantos kilómetros más para llegar a su destino.

Si el recibimiento de Guadarrama fue espectacular, también lo fue el de Villalba. Sus vecinos corearon consignas de apoyo al sector, les animaban en su lucha y lamentaban, en algunos casos, que no se hicieran el mismo tipo de protestas, al menos no con tanta fuerza, cuando se trata de otros sectores. «¡Somos la selección española de los mineros!», ha gritado uno de los protagonistas, entre los gritos de apoyo se han escuchado frases como «¡Viva la lucha de la clase obrera!» o «¡Estos son los que sacan el carbón!».

La marcha acabó finalmente en la ciudad deportiva de Villalba, donde les habilitaron el pabellón polideportivo. El recorrido, que había sido en esta ocasión de unos 26 kilómetros, se desarrolló sin incidentes. Tan solo algunas retenciones provocadas por el desafortunado proceder de la Guardia Civil, que tardó en habilitar los carriles para permitir que fluyera el tráfico.

Entre las visitas del día, los mineros fueron acompañados ayer por miembros de la directiva del SOMA-FITAG-UGT procedentes de las comarcas asturianas y encabezados por su secretario de Organización, José Luis Alperi, así como otros afiliados, que sumaban más de medio centenar de personas. También hizo la etapa de ayer el coordinador federal de IU, Cayo Lara, que estuvo acompañado de dirigentes de su partido en Asturias, como su recién elegido coordinador general, Manuel Orviz; su antecesor y ahora senador Jesús Iglesias, el eurodiputado Willy Meyer; y el diputado autonómico Ángel González. Orviz alabó la labor de los mineros y apoyó su «más que justa» causa.

Cayo Lara hizo referencia al apoyo masivo que tuvo la marcha en su entrada en Madrid, porque «la minería es un sector que despierta muchas simpatías entre los españoles». Por ello, se mostró confiando de que el respaldo a la manifestación del miércoles «será absoluto. Sobre todo porque puede ser la última oportunidad que tengamos de hacer cambiar de opinión al Gobierno». Las palabras más duras del coordinador general de IU fueron para el Ejecutivo de Mariano Rajoy, «que ha convertido en un conflicto algo que podría haber subsanado con 190 millones, un Gobierno que se ocupa de salvar a la banca y hacer amnistías fiscales».

Hoy, los mineros realizarán su entrada en la localidad madrileña de Aravaca, territorio de la alcaldesa Ana Botella y que tanto quebraderos de cabeza les ha dado en los últimos días en la búsqueda de un lugar donde alojarse. Finalmente, y tras una caminata de aproximadamente 30 kilómetros, los mineros llegarán al colegio Rosa de Luxemburgo.