Ribono aguantó hasta el último baile
El reparto del bollu preñáu y la tradicional misa campestre pusieron ayer el colofón a las fiestas de Santiago Apóstol
Ribono (Mieres),
G. MARTÍNEZ
Ribono, uno de los balcones con mejores vistas de Mieres, cerró ayer sus fiestas patronales de Santiago Apóstol. Decenas de personas se congregaron en el pueblo para apurar las celebraciones y participar en el tradicional reparto del bollu preñáu, con su respectiva botella de vino. Además, aún hubo tiempo para un último baile. Los presentes pudieron disfrutar de un pasacalles amenizado por el grupo folclórico «Prau Llerón» de Mieres.
A la una de la tarde tuvo lugar la esperada misa campestre dominical. Al término del acto religioso, los fieles pudieron participar en la siempre divertida puya'l ramu. Esta tradición nunca falta en las fiestas de Santiago Apóstol de Ribono y consiste en una ofrenda de pan de escanda, decorado con diversos motivos, que se subasta entre la gente del pueblo con el objeto de recaudar fondos para poder sufragar las fiestas del siguiente año. Para finalizar la jornada, vecinos y visitantes se reencontraron ya por la tarde en una apacible romería.
Las fiestas de Ribono comenzaron el pasado viernes con una concurrida verbena. El sábado fue especialmente agitado, con sesión de vermut, juegos infantiles para los más pequeños y la gran segunda verbena , que se prolongó sin pausa hasta ya bien entraba la madrugada.
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