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Los delitos cinegéticos

El Seprona detiene en Mieres a un furtivo de 54 años que había colocado un lazo

Miembros de la Sociedad de Cazadores mierense descubrieron la trampa en Aguaín, alertaron a los agentes y ayudaron en la vigilancia

El Seprona detiene en Mieres a un furtivo de 54 años que había colocado un lazo

Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) detuvieron el pasado martes a un cazador furtivo, J. A. S., de 54 años y vecino de Mieres, que había colocado un lazo en la zona de Aguaín, en Mieres. Fueron los miembros de la Sociedad de Cazadores de Mieres los que descubrieron el lazo y alertaron a los agentes, dando finalmente con el furtivo a los pocos días. El detenido pasó a disposición judicial el viernes.

Los hechos ocurrieron hace poco más de una semana cuando un grupo de cazadores descubrió un lazo armado colocado con el objetivo de capturar animales salvajes. Los cazadores dieron aviso al Seprona y se montó un dispositivo de vigilancia. Los agentes desmontaron el lazo con la intención de pillar al furtivo intentando colocarlo de nuevo y vigilaron la zona durante varios días en las horas principales de paso, es decir, a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Es en estos momentos cuando los furtivos acuden hasta el lugar donde han montado el lazo para comprobar si han logrado alguna presa.

El cazador furtivo fue visto en el entorno durante los días previos, pero no fue hasta el pasado martes cuando se acercó hasta el lazo, momento en el que fue detenido por los agentes.

Treinta furtivos

La existencia de cazadores furtivos "es más común de lo que pueda parecer", explica Antonio Martínez, presidente de la Sociedad de Cazadores de Mieres. Martínez señaló que, en los trece años de vida de la sociedad, "nos hemos encontrado con casi una treintena de furtivos". Eso sí, hacía como tres años que no se encontraban con un caso como este, en el que se utilizó un lazo metálico. Martínez dio cuenta de la "peligrosidad" de estos lazos, "ya que puede caer herido cualquier animal, no sólo los salvajes, sino también los perros o caballos". También dio cuenta el presidente de la Sociedad de Cazadores de Mieres del trabajo desempeñado por los agentes del Seprona, "que igual algunos no lo ven, pero se demuestra con casos como este, y que, en muchas ocasiones, corren un importante peligro".

El coto de caza de Mieres cuenta con una superficie de 16.123 hectáreas de uso cinegético y se pueden cazar especies como el jabalí, el corzo, el zorro, la becada, la perdiz o la agachadiza.

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