El monte público asturiano, clave para conectar las poblaciones de urogallo
Un estudio señala los bosques de Somiedo, Teverga, Quirós, Aller, Caso y Cangas del Narcea como los mejores para la supervivencia de la especie
El monte público asturiano es clave para conectar las dos poblaciones de urogallo existentes en la Cordillera Cantábrica. Un estudio de la Universidad Católica de Ávila demuestra con cálculos matemáticos que los bosques de la región reúnen las mejores condiciones de alimento y de refugio para garantizar la supervivencia de la especie, en peligro de extinción y en constante declive. En apenas tres décadas su presencia se ha reducido en un 70% debido, entre otros factores, a la destrucción del hábitat, al impacto de la actividad humana y, ahora también, al cambio climático.
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La investigación, liderada por los profesores Javier Velázquez Saornil y Javier Gutiérrez Velayos, clasifica las áreas forestales más importantes de Asturias y León para conectar la población oriental, la más grande, con la occidental. En base al análisis espacial de patrones morfológicos y a la teoría de grafos concluyeron que los bosques de Somiedo, Teverga, Quirós, Aller y Caso son los más propicios para unir ambos núcleos. Estos concejos obtuvieron el mejor índice de probabilidad: entre un 20% y un 55%. El segundo, de entre un 12% y un 20%, se focalizó en Cangas del Narcea.
El experto en ciencias ambientales Javier Velázquez explica que estas áreas se corresponden con montes de utilidad pública, lo que hace necesario mejorar su gestión. El estudio recoge también que hay que incluir planes para conservar la matriz no forestal -la de los arbustos con arándanos-, ya que es fundamental para la alimentación y protección del urogallo frente a sus depredadores. De hecho, una de las causas de su declive es su sensibilidad ante el ataque de zorros, martas y jabalíes. Se estima que en la actualidad sobreviven entre 200 y 300 machos en la Cordillera Cantábrica.
Según los investigadores, el corredor natural que podría unir las dos subpoblaciones -en el concejo de Lena- no es el más interesante. Las áreas más idóneas se sitúan a ambos lados de este paso. Javier Velázquez explica que estas zonas, que ocupan una extensión de 97,2 hectáreas, tienen una estructura forestal perfecta. "Tienen árboles adultos y espaciados, arbustos con arándonos y cantaderos. Todos ellos elementos fundamentales para la supervivencia de la especie", comenta a LA NUEVA ESPAÑA. El científico opina que la Administración regional no sólo tiene que conservar estos espacios, sino mejorarlos. León presenta áreas mucho menos propicias que Asturias para el futuro del urogallo.
El estudio fue publicado en la revista Forest Ecology and Management, la más relevante en el sector forestal, con la colaboración de los profesores de la Universidad Católica de Ávila, Ana Hernando y Antonio García-Abril. El análisis comenzó en 2008 y concluyó el año pasado.
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