El Ayuntamiento de Lena quiso mandar ayer un mensaje de tranquilidad tras la apertura de una investigación policial por la presunta violación de una vecina de Oviedo de apenas 20 años, por parte de cuatro jóvenes, en un "botellón" en pleno casco urbano de la Pola. Las numerosas incógnitas que aún debe solventar la investigación, que desarrolla la Guardia Civil, hacen que desde el gobierno local se pida "prudencia" a la hora de sacar conclusiones precipitadas sobre el caso. La confusa declaración inicial y las lagunas del relato de la víctima, conmocionada por lo ocurrido y que denunció haber sido drogada, hacen que el informe forense sea determinante para aclarar lo que ocurrió.

La concejala de Seguridad Ciudadana, Ángeles López (IU), manifestó ayer que el céntrico solar en el que, en principio, pudo haber ocurrido la agresión no tiene ningún tipo de característica que lo convierta en un espacio inseguro: "Son unos terrenos muy céntricos, bien vigilados y que nunca han sido escenario de hechos delictivos", remarca la edil, que subraya que los vecinos de la zona, donde hay unas viejas cocheras que en ocasiones se utilizan para la organización de botellones, "jamás se han quejado".

La denunciante es un joven que reside en Oviedo de entre 18 y 20 años. Apenas recuerda nada de lo que le sucedió, y su relato de lo ocurrido la madrugada del domingo está llenó de lagunas y bastantes contradicciones. La Guardia Civil investiga si fue drogada y posteriormente violada por un grupo de hombres, posiblemente cuatro. A partir de ahí, nada está claro. Los agentes encargados del caso esperan que el informe forense arroje luz sobre el caso. Ahora bien, los resultados de este análisis, que cuando menos determinará qué tipo de sustancias había en su cuerpo y cómo pudo ser la agresión sexual, tardarán en poder ser confrontados. Fuentes próximas a la investigación no descartan un procedimiento largo. Queda por ver si la joven supera su estado de conmoción y añade detalles de lo sucedido que permitan avanzar la investigación con más rapidez. Su primera declaración no permitió trazar un relato coherente de los hechos, dificultando enormemente el trabajo de la Policía Judicial.

Pocas cosas están claras. La joven apareció de madrugada en la Pola en muy malas condiciones, totalmente desorientada y nerviosa, en shock. Una vecina quiso ayudarla y fue entonces cuando dijo que la habían violado. Fue trasladada al hospital Álvarez Buylla de Mieres y, de oficio, la Guardia Civil inicio la investigación.

De la confusa declaración de la joven, que afirma no acordarse de gran cosa, se desprende que pudo ser conducida, en plena noche, por un grupo de cuatro chicos a un solar con viejas cocheras anexo a la calle Hermanos Granda, donde supuestamente se produjo la agresión. De momento, no se ha identificado a ningún sospechoso. Ahora bien, la Guardia Civil no descarta ninguna vía de investigación. Una de las hipótesis, sin confirmar, es que la chica había salido de fiesta por Gijón y al regresar en tren a Oviedo se saltó la parada y acabó en Lena.

Los agentes encargados del caso esperan que la mujer -de nacionalidad sudamericana y vecina de Oviedo- una vez se recupere del trauma, pueda explicar mejor lo sucedido. Otra posible vía de investigación apunta a que la presunta violación pudo incluso haberse producido fuera de Lena. Por eso, las sospechas no se centran exclusivamente sobre los jóvenes lenenses que esa noche estaban supuestamente de botellón en el solar inicialmente señalado como lugar de la agresión.