El centro de reproducción del ave está "obsoleto" y sus resultados "no son buenos"

Cambiar las instalaciones y los propios criterios que se utilizan en la cría en cautividad del urogallo. Este fue uno de los principales temas de debate en la jornada sobre la conservación de esta ave que se celebraron ayer en Rioseco. Hubo voces que incluso dudan de su efectividad, incluso aunque se obtuvieran unos resultados "mucho mejores" de los cosechados hasta ahora. Y es que el centro de cría del urogallo de Sobrescobio, que se empezó a construir en 2005 y que en 2009 iniciaba su andadura con las aves, ya está "obsoleto". Sus instalaciones no son las más adecuadas para la reproducción en cautividad del urogallo, y sus resultados, según su veterinario, Ramón Balsera, "no han sido buenos". Eso sí, se han extraído muchas enseñanzas sobre cómo manejar los huevos, conocimiento sobre la reproducción y la incubación de la especie.

El año pasado fue precisamente "uno de los peores" de la instalación. De 37 huevos que se incubaron, sólo sobrevivieron dos pollos. De todas estas puestas, 31 fueron en el centro, y 6 huevos se recogieron de la naturaleza; 21 huevos los incubaron gallinas y 16 utilizaron el método artificial. De cada tipo de incubación logró salir adelante un pollo. Desde su puesta en servicio en 2009, el número de animales que sobrevivieron fueron 27. "De 229 huevos en todo este tiempo, el 86% se incubaron, el 33 por ciento de estos eclosionaron y el 41 por ciento de los eclosionados sobrevivieron". La reintroducción en la naturaleza se intentó con tres hembras, que sobrevivieron unas semanas (meses en uno de los casos), pero que acabaron muriendo.

El modelo que ahora se quiere llevar a cabo en España es el polaco. Las instalaciones del centro de cría deberían ampliarse notablemente o cambiar de sitio para que esto pueda ocurrir. "Somos como una tienda de campaña comparada con un chalé", expuso el veterinario. En el centro de Sobrescobio hay poco sitio para los animales, se puede acoger a un número muy limitado, lo que reduce la variabilidad genética y las posibilidades de éxito, y no hay lugar para hacer los llamados vacíos sanitarios: limpiezas periódicas indispensables para mantener la salud de las aves y de los huevos. Y es que, según los análisis de las puestas que no salieron adelante, muchas estaban contaminadas. Unas, con "e.coli", bacteria que indica cierta insalubridad. Otras, con salmonelosis, que según el cuidador, "vino de la naturaleza", lo que alarmó a los asistentes a las jornadas, que vieron la necesidad de investigar este hecho.