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Los nuevos proyectos de una empresa envuelta en la polémica

Asludium, entre dos tierras

Las discrepancias entre Asturiana de Laminados y Hunosa por el suelo del polígono de Reicastro llevan a León 70 millones y 100 empleos

El polígono de Carrocera, en León. Firma de la foto FERNANDO GEIJO

Asturiana de Laminados (Asla) es una empresa que ha crecido a un ritmo vertiginoso desde que en 2008 empezase a producir bobinas y chapas de cinc en el polígono de Villallana (Lena) tras recibir casi 7 millones de euros de fondos mineros. Tras años de espera intentando lograr el suelo para instalar una nueva línea de acabados que permita a la compañía alzarse como la mayor empresa del sector a nivel mundial, la nueva instalación podría ver la luz tras el verano, aunque ahora todo está en el aire. La previsión es crear 80 empleos que se sumarán a los 120 que tiene actualmente Asla. Paralelamente, la compañía pretende poner en marcha una nueva línea de negocio, vinculada a la fundición y laminado de aluminio. El desarrollo de "Asludium" ha chocado contra un obstáculo que, hasta ahora, nunca fue un condicionante insalvable para que una empresa se instalase en suelo propiedad de Hunosa. El precio puesto a un polígono que lleva casi ocho años viendo cómo crece la hierba, ha empujado a Asla a una huida que puede acabar con cien puestos de trabajo fuera de la región, ya que la firma tiene muy avanzado un acuerdo para instalarse en Carrocera (León), si bien también tiene una oferta de Puertollano (Ciudad Real).

Asla y Hunosa estaban llamadas a entregarse en un noviazgo rápido que acabaría con una boda en Reicastro. Era un matrimonio de conveniencia que parecía, en principio, satisfacer a todos. La compañía que preside Macario Fernández podría disponer, muy cerca de su matriz, de 77.0000 metros cuadrados perfectamente equipados; y la empresa pública daría salida a un parque industrial convertido en un cementerio de iniciativas fallidas. La parálisis del polígono puede cifrarse en seis años si se toma como referencia el desarrollo del proyecto de urbanización, labores que acabaron a principios de 2012 después de una inversión de 4,5 millones. Pero también podría situarse en 12 años, ya que las tareas de retirada de estériles concluyeron en mayo de 2006, dejando el terreno despejado para el uso empresarial. El primer proyecto que trascendió para Reicastro lo promovió Ingeniería de Cerramientos y Fachadas Llanera, que planteó una inversión de casi 8 millones de euros y la creación de 38 puestos de trabajo. Luego hubo contactos con GAM y Rioglass, pero la lenta gestación del polígono truncó estas opciones. El interés de Asla ha sido el más consistente, pero también podría quedar enterrado en este gran panteón de proyectos abortados.

Y es que entre Asla y Hunosa no ha surgido cariño, más bien recelos. Unos, la hullera, percibieron oscurantismos. Los otros, Asla, se han sentido tratados con "hostilidad". A grandes rasgos, la empresa lenense percibe que Hunosa le está poniendo trabas que no existieron años atrás cuando se negoció con otras firmas. Y es que en contra de Asla juega el legado del Grupo Metazinco, tronco del que surgió el actual proyecto de Macario Fernández. La quiebra de Metazinco, con un enconado enfrentamiento con Sodeco, y denuncias por impagos de la plantilla, parece enturbiar en parte el éxito de Asla. El propio Macario Fernández parece percibirlo cuando recalca que "con mis fallos y mis aciertos, siempre he apostado por crear empleo y riqueza en Asturias".

Macario Fernández y la ya expresidenta de Hunosa, María Teresa Mallada, no han tenido en ningún momento buena conexión, más bien lo contrario. No es de extrañar por tanto que el Ayuntamiento de Mieres y los sindicatos esperen que el relevo al frente de la hullera, con la llegada de Gregorio Rabanal, abre un nuevo espacio para el entendimiento. Ahora bien, la compañía pública no parece haber actuado caprichosamente y, cuando menos, ha intentado dar contenido a sus argumentos. "Dada la experiencia cosechada en los últimos años con algunos proyectos empresariales por todos conocidos, Hunosa está obligada a extremar las cautelas y seguir escrupulosamente todos los cauces legales que regulan la venta de suelo público", apuntaron desde la hullera en primavera. En el caso de Asla, Hunosa esperaba que el proyecto se concrete más allá de las declaraciones de intenciones y las estimaciones económicas: "Sólo podemos vender el suelo a proyectos empresariales que acrediten una mínima solvencia económica, algo que, de momento, Asla no ha despejado para su proyecto. El proyecto está a la espera de aclarar el 86 por ciento de su inversión".

Los recelos de Hunosa han sido percibidos por Asla. El grupo anunció días atrás que el empresario e inversor asturiano residente en Hispanoamérica Manuel del Dago Fernández ha tomado una posición accionarial de al menos el 20% en la nueva compañía Asludium. Además de Del Dago, en el capital de Asludium participan Asla y otros inversores nacionales y extranjeros cuya identidad no ha trascendido. La firma argumenta que Hunosa no bajó de los 38 euros el metro cuadrado en la negociación por Reicastro, mientras que en León se ha logrado un acuerdo por 7,5 euros el metro urbanizado. En Purtollano, afirma la compañía, la oferta es de 2 euros el metro, aunque se sobreentiende que se trata de suelo sin urbanizar.

Hunosa detalló parte de los contenidos de la fallida negociación. Para empezar, estableció en 2.585.454,26 euros la última tasación de los terrenos de Reicastro, aclarando que se optó por la valoración "más favorable para el comprador". Asla había apuntado previamente que el coste de la operación ascendía a 3 millones, pero Hunosa aclaró ayer que esta cantidad surge de incorporar a la operación el llamado Chalé de los Geólogos, situado en la otra punta de Ujo y que actualmente ocupa Sadim Inversiones. A última hora Asla pretendía que Hunosa asumiera también el coste de la reorganización de los viales, estimado en otro millón de euros. Este escollo fue finalmente lo que hizo saltar por los aires la negociación.

Alternativas

A río revuelto ganancias de pescadores. El Ayuntamiento leonés de Carrocera se ha situado en posición de captar el proyecto de Asla y sus cien empleos. Ahora bien, el polígono de Los Avezales no es ninguna bicoca industrial. Su principal virtud son las comunicaciones. Se encuentra ubicado a escasos metros del enlace de la autopista del Huerna (AP-66) próximo a La Magdalena. La capital leonesa está a poco más de 30 kilómetros de distancia y el parque empresarial se promociona situándolo a una hora de distancia de Gijón, es decir, de El Musel. El gran problema es que este polígono, según las fuentes consultadas por este diario, tiene disponibles en estos momentos unos 56.000 metros cuadrados de terrenos. Esta cobertura está lejos de lo que precisa Asla, que demanda algo más de 70.000. Sobre Asla pesa la sospecha, que late en la propia Hunosa, de que haya utilizado el polígono leonés como un señuelo para fortalecer su posición. La empresa aún ve viable llegar a un acuerdo con Hunosa, pero al tiempo agita en el aire la mano en la que sostiene la pluma con la pretende rubricar el acuerdo que lleve fuera de Asturias los cien empleos Asludium.

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