La raza asturiana de los valles está "colonizando" nuevos territorios. La reses autóctonas cada vez son más demandadas fuera de la región. Lo afirman los propios profesionales del sector. Así, casi una de cada cuatro ganaderías vinculadas a la variedad ya están ubicadas fuera de la región. La Asociación Española de Criadores de Asturiana de los Valles (Aseava) destaca que en el resto del territorio nacional existen actualmente más de 800 explotaciones ligadas a la raza, la mitad en Extremadura. "En Portugal y en Francia ya contamos también con ganaderos y cada vez se venden más vacas a estos países, sobre todo preñadas par ser cebadas", apunta el presidente de la entidad, el lenense José Alfredo Vázquez. Pero es el mercado Latinoamericano el que más parece apreciar la carne de vacuno asturiana, con constantes operaciones de compra tanto de animales como de semen para cruces con el ganado de cada país

El recinto ferial de Santullano acogió ayer la XXVII Muestra nacional de animales del libro genealógico. La subasta de animales fue el momento más esperado. Se pujó por 14 ejemplares, pagándose por dos de ellos algo más de 3.000 euros. Los organizadores se fueron satisfechos. Y es que, en general, los profesionales están contentos con la marcha del sector y con el auge que parece estar cogiendo, poco a poco, la raza culona asturiana de los valles: "La mitad de la carne que se comercializa ya se vende fuera de la región, sobre todo en Madrid", subrayó ayer Alfredo Vázquez. Los datos que atañen a la marca "Xata Roxa", promovida por Aseava y comercializada bajo el paraguas de la Indicación Geográfica Protegida Ternera Asturiana, apuntan que la demanda está creciendo a buen ritmo. Los ganaderos lo perciben con nitidez. "Vamos ampliando el mercado y se está haciendo un buen trabajo de promoción".

No sólo la carne de la ternera asturiana está teniendo una demanda creciente. Por varios sementales de la raza se pagaron ayer en Mieres más de 3.000 euros. Uno fue para el País Vasco y otro para León. Cuando la distancia complica el transporte de los animales, los productores optan por otros sistemas para acceder a la buena genética de la asturiana de valles. "Desde Latinoamericano se nos demanda mucho semen. Hemos tenido pedidos muy superiores a las diez mil dosis", señala Vázquez. Cada dosis cuesta entre uno y diez euros en función de la propiedades del toro.