"Vivimos una encrucijada histórica", reconoció el sociólogo y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Ignacio Martínez, en el acto final de la XV Semana Solidaria organizada por la fundación JuanSoñador y ADEC Asturias, con la colaboración del Ayuntamiento de Mieres, consistente en la mesa redonda bajo el título "Tierra: espacios de vida", en la que también intervino la misionera laica Carmen Bascarán. El acto fue moderado por Marcelino Montoto Álvarez y contó con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas. Martínez, especializado en cooperación internacional y cofundador de "La Mundial", colectivo dedicado al análisis del mundo, enfocó su exposición en la crisis ambiental a partir del cuestionamiento de la idea de desarrollo "que, tal como se ha venido interpretando, también evidencia elementos negativos", dijo. "El desarrollo no es bueno 'per se' pues se ha demostrado que no todo es positivo y que junto a términos como emancipación y progreso también tenemos el fracaso de la redistribución de la riqueza y la sobreexplotación de los recursos del planeta, pues asumimos erróneamente que el crecimiento podía ser ilimitado y la capacidad de la Tierra, infinita", manifestó Martínez.

"Es lo que se conoce como 'la gran aceleración', consecuencia de nuestra manera de interpretar y vivir el concepto de desarrollo, que nos ha llevado a la crisis ecológica", añadió. El sociólogo describió los efectos perjudiciales sobre el medio ambiente, los cambios en los ciclos naturales y la consiguiente inseguridad para el ser humano, especialmente intensa en los territorios más empobrecidos. "Asumiendo que la Tierra era una mercancía creamos un sistema basado en la depredación de los recursos naturales", continuó el sociólogo, alertando de que "nos vamos a estrellar; ahora la discusión se centra en la magnitud del golpe".

Martínez entiende que se hace necesario un cambio de mentalidad que ponga la sostenibilidad en el centro del debate, abordada de forma trasversal superando el discurso exclusivo del crecimiento económico. "Junto a la pobreza y la desigualdad, la sostenibilidad ambiental es el reto político más importante", enfatizó. Ignacio Martínez propone la reinterpretación de la idea de crecimiento, orientada hacia el beneficio común y el reconocimiento de los derechos naturales y medioambientales.

A continuación, Carmen Bascarán relató su experiencia de lucha por los derechos humanos y ambientales en la Amazonía brasileña. Bascarán se estableció en la ciudad de Açailandia durante 15 años, donde fundó el Centro de Defensa de la Vida y de los Derechos Humanos. "En aquella ciudad artificial confluyeron la esclavitud, la prostitución y el tráfico de drogas y armas", dijo la misionera, cuya organización denuncia la explotación y el trabajo esclavo habitual en las haciendas de las regiones amazónicas, que están siendo deforestadas y contaminadas para proveer de recursos a las multinacionales occidentales. "Son zonas en las que no existe ningún derecho humano, donde la impunidad es absoluta pues los poderes públicos no llegan hasta allá", manifestó Bascarán. "Los grandes capitales internacionales se han adueñado de la selva brasileña, arrebatando la tierra a sus dueños, a los que convirtieron en esclavos, arrasando las poblaciones indígenas y destruyendo la naturaleza". La misionera asturiana y su organización lograron crear un refugio para los trabajadores que huían de su situación de esclavitud, mujeres condenadas a la prostitución y niños sin futuro. "Crecer por crecer acaba con vidas y haciendas", declaró Bascarán.