El acogimiento familiar es una alternativa de convivencia en familia para niños y niñas que se encuentran en una situación de desamparo y que les proporciona estabilidad cuando las circunstancias les impiden desarrollar su vida con su familia de origen. Mar Nodal, psicóloga del equipo de Acogimiento Familiar de Cruz Roja Española, estuvo en la Casa de Cultura Alberto Vega de la Felguera para hablar del Programa de Acogimiento Familiar que desarrolla la institución en Asturias, en un acto que contó con la colaboración del Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas.

Nodal explicó que "no puede confundirse acogimiento familiar con adopción, pues si bien ambas son medidas de protección jurídica responden a necesidades infantiles y expectativas en los adultos diferentes", Así, destacó que "la adopción es irrevocable y genera vínculos jurídicos entre los adultos y los niños equiparables a la maternidad y paternidad biológica y, sin embargo, el acogimiento es siempre temporal y su duración abarca hasta que se mejoran las situaciones que determinaron la separación del menor de su familia de origen y/o se propone una solución duradera para el niño".

En Asturias, hay tres tipos de acogidas diferentes. Por un lado la que llevan a cabo las "familias canguro", que acogen temporalmente a menores mientras sus familias superan sus dificultades. Por otro, estarían las "familias voluntarias" que conviven durante fines de semana y vacaciones con niños y niñas que residen en centros de alojamiento. Y, por último, "las familias que acogen a menores con necesidades especiales de atención", añadió. Respecto a los requisitos para poder ser familia acogedora, Nodal explicó que solo es necesario "tener más de veinticinco años y cualquier estado civil, carecer de antecedentes penales y sobre todo tener muchas ganas de recibir en casa a un niño o niña que podrá sentir lo que es el calor de un hogar". Xosé Ramón Fernández compartió con los asistentes su experiencia como "familia acogedora". Durante más de diez años, dos hermanos que vivían en un centro tutelado por el Principado de Asturias pasaron en su compañía todos los fines de semana y periodos de vacaciones. "A día de hoy, con 25 y 23 años, me siguen llamando cuando tienen algún problema y por supuesto en mi cumpleaños o el día del padre y pasaremos juntos las Navidades" expresó emocionado, al tiempo que recordó que "hicimos mil plantes juntos y a pesar de que viajamos mucho la mayoría de las veces lo único que deseaban era quedarse en casa porque les encantaba disfrutar la sensación de tener un hogar".