Los Reyes Magos fueron guiados en su desfile por las calles de Langreo por una gran lámpara de mina. Con ella, con la que trasladaron un mensaje de solidaridad con la minería, se abrieron paso en su recorrido días después de que se dejase de extraer carbón en el último pozo que permanecía abierto en la comarca del Nalón, Carrio. Por eso, Melchor, Gaspar y Baltasar no pudieron hacer acopio de carbón en el valle para entregarlo a quienes no se hubiesen portado bien durante el año que acaba de terminar.

Sí trajeron Sus Majestades 2.000 kilos de caramelos, que repartieron desde sus carrozas en la Cabalgata que salió de La Felguera y tras recorrer Sama, con la tradicional recepción en el Ayuntamiento, finalizó en Ciaño. La algarabía se desató en las inmediaciones de la Casa Consistorial, cuando el desfile llegó, con los más pequeños llamando a los Magos y recordándoles la lista de peticiones incluidas en sus cartas. Niños y mayores aguantaron la gélida temperatura para saludar a los Reyes y comprobar que habían llegado a Langreo para repartir los regalos. La sociedad cultural y recreativa Peña Fidalgo y la asociación de vecinos de Ciaño han sido un año más, y van veinte, los encargados por Melchor, Gaspar y Baltasar de organizar el desfile por las calles langreanas. Para ello han contado con la colaboración de alrededor de 350 personas, que participaron en la Cabalgata.

Las carrozas de los tres Reyes Magos lucían ayer remozadas. Fueron reparadas y mejoradas en los últimos meses por los organizadores del desfile.