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Los apicultores alleranos cazan 70 reinas y frenan el avance de la avispa asiática

"Tuvimos poco respaldo del Principado", lamentan los productores, - que dan por controlada la especie tras instalar más de cien trampas

Un bombero intenta eliminar el nido que apareció en Cabañaquinta.

Buenas noticias para los productores de miel en Aller. La asociación de apicultores en el municipio, la más antigua de la comarca y con un mayor número de socios, asegura que han conseguido capturar a más de setenta reinas de avispa asiática. Esta invasora, extendida por Asturias, ataca a los colmenares locales y pone en riesgo la producción de miel casera. La captura de las reinas, afirman, supone haber evitado la formación de nuevos nidos. Según los portavoces del sector, "podemos decir que estamos superando esta plaga".

¿Demasiado optimistas? "Creemos que no, porque la presencia de esta invasora en el concejo se ha ido reduciendo en las últimas semanas y sólo aparece de forma anecdótica", asegura Jesús Tejón, miembro de la dirección de la entidad de productores de miel. Hacen especial hincapié en la falta de apoyos para los apicultores: "No hemos tenido un respaldo de la Consejería de Recursos Naturales del Principado, a pesar de que se ha solicitado su intervención contra la invasora", afirmó.

Las alarmas saltaron hace tres años. Un vecino resultó herido, en el entorno de Piñeres, cuando estaba cortando leña. Fue atacado por un enjambre de la avispa invasora y trasladado al hospital Álvarez Buylla de urgencia. El primer nido de avispa asiática localizado y registrado apareció en agosto del año pasado. Ocurrió en Cabañaquinta, en el corredor de una vivienda. Los bomberos acudieron varias veces para terminar con él. Luego se produjo un suceso similar en el valle del Río Negro.

"Temíamos que la especie ya estuviera tan extendida que fuera imposible terminar con ella", reconoció Tejón. Fue entonces cuando se pusieron en manos de otros apicultores expertos, avezados a combatir a la avispa asiática: "Nos recomendaron colocar una trampas caseras que frenan su avance", destacó. La fórmula parecía sencilla: bastaba con una botella de plástico rota con zumo de fruta y un poco de vino. Combinación perfecta, explican los apicultores, para que la avispa asiática se sienta atraída y la abeja no se acerque.

Colocaron cientos de trampas, en un trabajo coordinado desde la Asociación Allerana de Apicultores. Un año después, los resultados son muy satisfactorios: "Hemos logrado frenar la formación de más de setenta nidos, es todo un logro". Esperan que la próxima temporada sea ya "más tranquila", con la invasora lejos de sus enjambres. "Podemos decir que la producción de miel está asegurada", concluyó Tejón.

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