Morcín perdió ayer a una de sus vecinas más conocidas, Cándida Fernández, la que fuera durante veinticuatro años maestra de niñas en Las Mazas, aunque se jubiló en el colegio público de Soto de Ribera. Nacida en Busloñe en 1935, esta maestra era querida y respetada a partes iguales, así que su fallecimiento cayó ayer como un jarro de agua fría para muchos. "Fue la base de nuestra educación y lo hizo con generosidad, calidez y mucha paciencia, seguro que todas sus alumnas la vamos a recordar con mucho cariño; fue un importante icono en nuestra infancia", decía ayer una de sus exalumnas.

También habló de ella la concejala de Cultura, María Perera, que el año pasado la invitó a participar en una conferencia con maestras de diversas generaciones en el Día de la Mujer. "Era muy activa, le gustó muchísimo participar en el homenaje", aseguraba la edil. Los familiares de la fallecida también la recordarán con cariño: "Adoraba que todos estuviésemos juntos y se preocupaba mucho de que estuviésemos bien", aseguraba un familiar, quien destacaba, además que "era una excelente cocinera y siempre presumió de ser maestra, no profesora". El funeral tendrá lugar hoy a la una de la tarde en la iglesia de San Saturnino, en Soto de Ribera; después será el entierro en el cementerio parroquial.