El Ayuntamiento de Mieres está de enhorabuena tras la aprobación por parte de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Y es que podrá desbloquear el chalé de Figaredo, una de las muchas posesiones del Consistorio que se encuentra sin uso.

El equipamiento, que en el pasado acogió la sede del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (Cecodet) de la Universidad de Oviedo, había despertado en el pasado el interés de empresas de restauración, tal y como habían asegurado desde el Ayuntamiento. Sin embargo, estas compañías pretendían utilizar no sólo el inmueble, también el resto de la parcela, y aquí estaba el principal problema. El anterior plan urbano identificaba este espacio como zona verde, lo que imposibilitaba su uso por parte de estas empresas de restauración. El nuevo plan cambia estos terrenos de zona verde a zona de aprovechamiento hostelero, haciendo una permuta con suelo también público que se encuentra en las inmediaciones del polideportivo de Ujo.

Eso sí, la aprobación por parte de la CUOTA es un primer paso. El Ayuntamiento, a través de la concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible, abordará una serie correcciones menores, como cambios de nomenclaturas y otros tecnicismos, para proceder a su aprobación inicial. El objetivo es poder abordar este último trámite tras el verano.

Una vez que esté todo listo, el Ayuntamiento volverá a contactar con las empresas que manifestaron interés por gestionar el chalé de Figaredo. Asimismo, en el caso de que éstas ya no estén interesadas, desde el Consistorio están convencidos en que habrá otras compañías que sí quieran desarrollar su proyecto allí. De todos modos, la intención del gobierno local es sacar a concurso público la cesión del inmueble para el desarrollo del proyecto hostelero.

Siete años

El inmueble lleva casi siete años cerrado desde que el Cecodet se trasladase a las instalaciones del campus de Mieres. El Ayuntamiento ha insistido en más de una ocasión en que no tenía dinero para acondicionarlo y poder centralizar en el edificio algún tipo de actividad municipal. Sin embargo, abrirlo a la iniciativa privada era una buena salida para el inmueble. De hecho, fue un grupo de empresarios el que mostró interés por convertir el chalé de Figaredo en un gran complejo hostelero con capacidad para organizar banquetes y convenciones.

Además, los vecinos de esta la localidad mierense se mostraron muy favorables por esta iniciativa. Así, valoraban la reactivación de un edificio histórico para la población y, sobre todo, el empleo que podría generar y del que se beneficiarán en parte los vecinos de la zona.