La familia de José María González González, el empresario mierense desaparecido sin dejar rastro hace diez años, ha iniciado los tramites administrativos para que se declare oficialmente su defunción. Y es que el Código Civil establece que debe pesar una década desde la última vez que se tuvo noticias de la persona desaparecida hasta que legalmente pueda ser considerada como difunta.

La señal del teléfono móvil de José María González se apagó de pronto la tarde del 30 marzo de 2009, en La Zoreda. "Para nosotros ese es el día de la muerte de nuestro padre", señalaba ayer a este diario una de las hijas de José María González. Sin embargo, la familia, además de cargar con el lastre emocional que supone la pérdida de un ser querido, ha tenido que sufrir el engorroso marco legal que se deriva de esta tipo de situaciones. "Hasta ahora Pepe (José María González) tenía la consideración de desaparecido. Esto afecta al reparto de la herencia y a situaciones como el estado de viudedad, por poner dos ejemplos", explica Francisco Pérez Platas, abogado de la familia, que ha tenido que esperar diez años para iniciar la tramitación de defunción: "La legislación establece que esta condición se adquiere al final del año natural en el que se cumplen diez años de la última vez que se tuvo noticias del desaparecido", apunta el letrado. "Sin duda se trata de una legislación que genera un limbo legal que puede ser problemático ya que, aunque por suerte este no es el caso, hay familias que debido a las malas relaciones pueden enfrentar situaciones problemáticas que manen del reparto de una herencia o de la simple gestión de bienes", añade Pérez Platas.

Aunque legalmente José María González no será declarado muerto hasta principios de 2020, la familia tiene asumida esta condición desde prácticamente el día de su desaparición. La Policía Nacional comparte esta visión. Es más, todo indica que el empresario mierense pudo haber sido asesinado. Los actuales responsables de la Comisaría de Mieres dejaron patente hace años y medio su tenacidad a la hora de intentar esclarecer lo que todo apunta es un crimen irresoluto. "Por nuestra parte no cesaremos en el empeño", aseguran fuentes policiales. De hecho, el contacto entre la Comisaría y la familia de la presunta víctima se mantiene activo y es muy frecuente. Y es que los allegados a José María González están convencidos de que éste fue asesinado. "No tenemos la menor duda de que lo mataron y estos diez años han sido una tortura", explican.

José María González tenía 57 años cuando desapareció el 30 de marzo de 2009. Era una persona muy conocida en Mieres. Había sido minero y, posteriormente, durante un tiempo, fue gerente de una empresa de ambulancias. El día de su desaparición había estado toda la mañana con su mujer. Por la tarde salió a tomar un café y aseguró que volvería para la hora de la cena, a las diez y media de la noche. La investigación se centró desde el primer día en un sospechoso y en un lugar, La Zoreda. De momento no se ha podido encontrar el cuerpo.