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Repercusiones de una jornada con once horas de apagón

Casinos "hartos de aguantar"

Los vecinos del concejo reclaman "soluciones definitivas" para evitar los "constantes" cortes de electricidad, telefonía e internet: "Estamos peor que hace cuarenta años"

El farmacéutico Víctor Luis González atiende a Carmen Álvarez, Mercedes González y Trinidad Prado. L. M. D.

"La España vaciada lo es por algo, lo que ocurrió el martes es un ejemplo. Ni electricidad, ni internet, ni telefonía, tampoco televisión. En un mundo cada vez más dependiente de la tecnología, para trabajar y para el ocio". Esta es la reflexión de Víctor Luis González, el farmacéutico de Campo de Caso. Un vecino más de los 1.500 que, "por cuatro copos de nieve", vieron completamente interrumpido su modo de vida de 9 de la mañana a 8 de la tarde. Todo un concejo, el de Caso, incomunicado y sin servicio energético. Lo peor es que, como señalan algunos vecinos, "ya estamos casi acostumbrados". Hace dos inviernos hubo pueblos que pasaron días sin electricidad y el suministro se retomó gracias a una red de generadores que funcionó semanas. Pero no se resignan: "Hablan de revitalizar el medio rural, los pueblos. Para hacerlo hay que invertir en los servicios básicos, no solo hablar". En Aller sufrieron los mismos problemas. Casomera llevaba ayer dos días sin luz.

Sin internet, despachar medicamentos es hoy en día una tarea casi imposible. El farmacéutico de Caso explicaba ayer que "entre el endurecimiento de la Ley de Protección de Datos y la receta electrónica, hay una dependencia de internet absoluta". Sin la red, "no tengo acceso a la disponibilidad que cada paciente tiene de sus medicamentos. Y entonces, no podría despachar ninguno", añadía González mientras despachaba con varias clientas. Entre ellas, Mercedes González, de Caleao, Carmen Álvarez, de la capital del concejo, El Campu, y Trinidad Prado, también de Caleao.

- ¿Cómo hicieron la comida o las tareas del día a día?

-¡Ay, fíu! Aquí muchos seguimos teniendo cocina con gas o de leña. Porque cada medios días marcha la luz.

Algunos negocios también mantienen este tipo de instalaciones, más seguras y menos dependientes de la electricidad. Es el caso de Marta Berrocal, del restaurante La Tropical de El Campu. Hubo gente que no podía cocinar y fue a su local a comer, "tenemos cocina con gas", lo que les permitió hacer las comidas, 31 sirvieron en total. Eso sí, bien temprano "hubo que cerrar, porque no había luz". Tampoco tuvieron cafetera en toda la jornada. Berrocal tiene dos hijos, de 4 años y 8 meses, el mayor tuvo que volver del colegio a las once de la mañana. "Es desesperante. Tenemos un negocio y cada poco estamos así".

El resto de comercios y locales hosteleros del concejo también se vieron perjudicados por lo ocurrido. A Tino Sánchez, del bar La Plaza, le dio tiempo a hacer los pinchos del día, pero "nada más". No había manera de hacer café, té o calentar "un caldín", y sin calefacción, "que era lo que pedía el día, un poco de calor". No entiende, como el resto de los vecinos, estos cortes cuando "apenas pasó nada. Puedo entenderlo cuando hay un temporal grave, pero es que había cuatro dedos de nieve".

Los parroquianos del bar no comprenden esta situación. Senén Corral es guarda del parque de Redes y vecino de El Campu. "Siempre marchó la luz, pero parece que ahora es cada vez más frecuente. No se hace ningún mantenimiento y las ramas de los árboles caen sobre los tendidos", tanto de la luz como del teléfono. De hecho, en las cercanías "hay una zona hasta con cables por el suelo, y lleva así tiempo. Avisamos y no se arregla". Con él están Berbabé Traviesas y Luis Capellín, ambos vecinos también de la capital casina, y José Rodríguez, de Veneros. "Ahora con un poco de lluvia, sin televisión. Un poco de viento, sin teléfono. Un poco de nieve, sin electricidad. Estamos como hace cincuenta años". "Los pueblos", añadía Corrales, "se van al garete. Los jóvenes que podrían trabajar con internet desde casa no pueden hacerlo. Cada cuatro días estamos sin red".

Sin cobertura, sin internet, sin teléfono fijo. Incomunicados durante todo el día, hubo cierta suerte con las emergencias. Alicia Santos, de Orlé, es trabajadora de ayuda a domicilio y cuida a su madre de 90 años. "Si hubiera pasado algo grave, ¿a quién íbamos a avisar para pedir ayuda? No funcionaba nada".

El alcalde de Caso: "Se paga por servicios que no se reciben, están robándonos"

Santos destaca también la labor que se hace desde el Ayuntamiento, "todo lo contrario" al escaso interés de las empresas privadas y del Principado por el concejo. "Si no es por los trabajadores municipales no podríamos ni desplazarnos por el concejo. Son ellos los que abren todas las carreteras cuando nieva, los que se exponen para intentar que haya al menos algo que funcione".

Abrir las carreteras. Lo pueden decir a Pilar Capellín, del pueblo de Nieves, ganadera jubilada, como su esposo que está enfermo. Debe acudir dos días a la semana al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Ayer la ambulancia no podía llegar al pueblo -el que se encuentra a más altura en la zona de la Collá d'Arniciu- y fue la quitanieves municipal la que "se puso y abrió antes de lo previsto la carretera" hasta la localidad. "Fueron ellos los que lo bajaron hasta Linares", donde lo esperaba la ambulancia. Así, pudo recibir su tratamiento. Después, en casa, no se disipó la tensión y el malestar, porque "tiene que estar conectado al oxígeno", que a su vez va enchufado a la red eléctrica. Y luz "no había". "Tenía miedo a que la situación se prolongase". Por fin, sobre las ocho de la tarde la energía volvió a los hogares casinos.

Más problemas en los negocios. En la Carnicería El Casín, tal y como explican María Jesús García y Luis Fernández, "el negocio estuvo cerrado todo el día". Tampoco abrieron la cámara frigorífica, "para que no perdiera el frío". Lamentan que "cada vez que llueva o nieve" se produzcan cortes de luz. "No debe haber un mantenimiento mínimo, y así es que estamos igual que hace cuarenta años. Pero es que ahora todo funciona con corriente. Estamos dejados de la mano de dios", concluyen.

En la confiería-panadería Suspiros del Nalón, el corte en la electricidad provocó que perdiesen la última hornada de pan. Además, estuvieron parados toda la jornada, justo antes de una fecha clave en su actividad, las Navidades. Marta Lobeto apunta que son ocho trabajadores, y que al final "se perdió todo el día sin poder hacer nada". Una situación "desesperante", porque "no recibes ninguna información, no sabes a qué hora puede volver la luz o no". Como muchos otros casinos, denuncia que "con poca cosa nos quedamos así, todos colgados. Debería haber mantenimiento constante". Es algo ya "desgraciadamente habitual". Eso sí, las grandes eléctricas "no cumplen con nosotros, pero nosotros sí que queremos cumplir con nuestros clientes".

El alcalde casín, Miguel Fernández, explicaba la "dejadez" de las empresas con Caso con un ejemplo. "Nuestros pueblos están entre los 500 metros de Tanes y los 1.000 metros de altitud de Tarna. En el Pirineo, a mucha más altura, en esas grandes estaciones de esquí, ¿falta la electricidad día sí y día también como lo hace aquí?". Fernández calificó la actuación de las compañías eléctricas y de telecomunicaciones como "un robo". "Se paga por servicios que no se reciben. Los negocios además sufren pérdidas que no pueden reclamar. Están robándonos".

Avería

El gran generador que el martes se instaló para devolver la electricidad al concejo sigue en el mismo lugar, en la zona de Abantro. Las averías en el tendido fueron dos, una entre Tanes y Abantro, con "tres hilos rotos en distintos puntos", y una segunda en la zona de Caleao. Según Fernández, "lo que exigimos son soluciones definitivas. Los casinos estamos hartos de aguantar".

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